La marmota Phil, no la de Bill Murray, la de verdad, no se vio la sombra el pasado febrero, ergo la primavera se adelantó. Como el roedor, en este caso el del Día de la Marmota, Carles Puigdemont ha salido de su madriguera, despertando de una hibernación de más de seis años, y se ha visto la sombra, es alargada, ergo se adelanta el procés. Como en la película, en la que un egocéntrico meteorólogo de Pittsburgh, Phil Connors, vive el mismo día una y otra vez, Puigdemont, y por extensión Catalunya, también está atrapado en el tiempo y vive el procés una y mil veces.
Per se, el anhelo de independencia, aparte de legítimo, no me parece ni malo, si lo que persigue es un país mejor, más habitable. ¿Quién no quiere vivir mejor en el territorio en el que ha nacido o ha fijado sus raíces? Supongo que no se propone la independencia para vivir peor… Entonces, así, de entrada, puedo comprarlo. Lo que no puedo comprar y no compro es que me levanten la camisa. Lo de la independencia ya se ha probado una o dos veces y los resultados fueron decepcionantes y traumáticos, para el propio Puigdemont, y para tantos otros. Entonces, ¿por qué tengo que creerme yo ahora que los mismos haciendo lo mismo obtendrán resultados distintos? No lo veo.
Decía Albert Einstein, si quieres resultantes distintos, no hagas siempre lo mismo. Y yo añadiría, y que lo hagan otros. Que Puigdemont, u Oriol Junqueras, quieran, como los charlatanes de las películas del oeste que venden milagrosos tónicos que teóricamente hacen crecer el pelo, vendernos la independencia del 2017, me parece, sinceramente, una tomadura de pelo.
Hay una pregunta a día de hoy que ningún político independentista sabe responder y que debería inhabilitarlos a seguir dando la tabarra. Es sencilla, son cuatro letras: ¿Cómo? El día que alguien sepa responder con cierta solvencia cómo se alcanza la independencia, quizás entonces podremos reanudar el tema. Mientras, pueden gastar su tiempo en resolver temas tan importantes como la sequía, la vivienda, la educación y la sanidad, para empezar.
