Ramón Cotarelo, el catedrático emérito de Ciencia Política madrileño que se estableció en Cataluña tras el 1-O, ha añadido Solidaritat Catalana per la Independència a la lista de partidos a los que, de una u otra forma, ha apoyado en los últimos años.
«Hay que firmar para que Solidaritat Catalana per la Independència pueda presentarse a las elecciones», ha difundido en X esta semana, un mensaje que el partido, del que fueron figuras destacadas Alfons López Tena y Joan Laporta hace más de una década, le ha agradecido en la misma red social.
Cabe decir que Cotarelo no parece oponerse a Aliança Catalana, el partido de la ultranacionalista alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, ya que ha difundido el comentario de un usuario de X que, en reacción a su apoyo a Solidaritat, le ha respondido que votará por Aliança Catalana «para levantar la DUI».
En cambio, el politólogo ha mostrado rechazo hacia Alhora, la iniciativa política de Jordi Graupera y Clara Ponsatí, a quien ha tachado de «parásita del sistema» e «incompatible con un movimiento de liberación nacional». «El móvil de esta pintoresca iniciativa es cerrar el paso a la lista cívica del ANC y Silvia Orriols», concluyó hace unos días, también en X.
Mucho más atrás quedan ya los días en que la adhesión de Cotarelo desfiló por las principales siglas políticas favorables al procés. El catedrático había aceptado un puesto en la lista de la CUP en 2015, pero no pudo formar parte porque entonces no cumplía el requisito de estar censado en Cataluña.
En 2017, ocupó un puesto simbólico en la lista electoral que ERC presentó a las elecciones al Parlamento de Cataluña del 21 de diciembre, convocadas durante la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno de España, a raíz de la aplicación de artículo 155 de la Constitución.
En 2019, ya alineado con Junts, se cabreó porque apareció en el BOE relegado al papel de suplente en las elecciones generales y no en el sexto puesto de la lista, como preveía (y donde, finalmente, apareció), pero su desencanto con el partido de Carles Puigdemont nunca ha sido tan encendido como el que ha evidenciado contra ERC, diana habitual de sus improperios.
