¿Por qué los bancos ya no se fían de Joan Laporta ni de Eduard Romeu?

Joan Laporta y Eduard Romeu

La salida de Eduard Romeu, que ha resistido tres años como vicepresidente económico en la directiva de Joan Laporta, se enmarca en un contexto singular, pues ni el presidente ni su ya exdirectivo son personajes con un perfil fuera de lo habitual. Ambos han pasado, por ejemplo, por una situación parecida a la de estar en la cola del paro, sin trabajo ni ocupación conocida o remunerada. El presidente llegó a las elecciones con la mayoría de sus sociedades, su despacho profesional de abogados entre ellas, declaradas inactivas por el registro mercantil debido a que llevaban años sin presentar balances ni estados de cuentas. O sea, sin facturar. Se sabe que no pagó un euro de la campaña ni su bolsillo le dio para avalar cuando salió elegido presidente, situación que se ha subsanado coincidiendo con su regreso a la presidencia en apenas unos meses, pues el verano pasado avaló, ya sin problemas, parte de las pérdidas de las secciones -eso seguro que le dolió bastante- y luego parte de los 18,5 millones imprescindibles para poder cerrar la inscripción de la plantilla.

Eduard Romeu ha pasado por un mal trago parecido después de que José Elías (Audax), que amparó los 40 millones del aval gracias al cual Romeu consiguió el cargo de vicepresidente económico, lo echara de la empresa y se quedara, por decirlo así, también en el paro. Suerte que a base de contactos, la mayoría conseguidos desde el palco del Camp Nou, ha podido conseguir otro cargo ejecutivo, según parece gracias a haber hecho amigos en el entorno financiero del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, el mismo que ha asesorado y guiado a Laporta en el vaciado del Barça mediante palancas. La revelación de un periodista de su confianza ha permitido saber que cuando Romeu acudió recientemente a formalizar un crédito la respuesta del banco fue negativa debido a que su nombre figuraba en ese aval de la junta ofrecido ante LaLiga como garantía. Al parecer, según informó esta fuente, ese aval estaba considerado de riesgo elevado de ejecución.

Parece que esta circunstancia ha pesado en Eduard Romeu a la hora de decidirse a salir de la junta. No está claro que la filtración haya contribuido a mejorar la imagen de un vicepresidente económico responsable de unas cuentas tan precarias que han necesitado un aval urgente de la directiva, y ante las cuales ha decidido salir huyendo. No pueden ser más claras y ruidosas las alarmas sobre el colapso financiero al que se enfrenta el club.

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