Presentada por el minúsculo partido Solidaritat Catalana per la Independència (SCI), la iniciativa legislativa popular (ILP) que promueve la declaración unilateral de independencia (DUI) ha pasado el primer filtro de la Mesa del Parlamento catalán, gracias a los votos a favor de Junts y la CUP y la abstención de ERC. En las próximas semanas, los impulsores de la ILP tendrán que proceder a la recogida de, como mínimo, 50.000 firmas, protocolizadas ante un fedatario público, en apoyo a esta propuesta, para conseguir que continúe su tramitación parlamentaria.
Para algunas mentes pensantes del movimiento secesionista, la ILP de la DUI se puede convertir en un revulsivo como el que significó la consulta por la independencia que se celebró en el municipio de Arenys de Munt en 2009 y que se considera como el pistoletazo de salida del proceso independentista, que culminó con el referéndum del 1 de octubre de 2017. En aquella ocasión, la sobreactuación represiva del abogado del Estado Jorge Buxadé –actualmente, eurodiputado e importante dirigente de Vox– ayudó mucho para que la consulta de Arenys de Munt fuera un éxito y un ejemplo que fue imitado por muchas localidades de toda Cataluña.
