Por fin, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, parece que ha encontrado la solución para huir de la soledad de sus diez concejales –sobre un total de 41 que forman el plenario del consistorio– y sacar adelante el mandato. En las últimas semanas ha ido forjando una sólida relación con el grupo municipal de ERC y su presidenta, Elisenda Alamany, que se concretó con la aprobación de los presupuestos en la comisión de Economía.
El entendimiento entre Jaume Collboni y Elisenda Alamany tiene recorrido. Así se puso de manifiesto en el último pleno, celebrado el pasado viernes, en el cual se aprobó la creación de una comisión, que presidirá la representante de ERC, para fomentar el uso de la lengua catalana entre la juventud. También se aprobó, a propuesta de ERC, que el catalán sea un requisito determinante a la hora de repartir las subvenciones del Ayuntamiento a proyectos y a entidades.
Ahora, Jaume Collboni ya sabe que puede contar con los cinco concejales de ERC para impulsar su acción de gobierno. Todavía no dispone de una mayoría absoluta, pero no es lo mismo ser el alcalde con el apoyo de diez concejales que con el de quince. De momento, no se contempla todavía la entrada de ERC en el equipo de gobierno municipal.
