LaLiga destroza el discurso de Laporta con un recorte salarial alarmante

El espectacular desplome de su margen salarial, que hace un año era de 655 millones y ahora es de 204 millones, corrobora el desmadre económico, el exceso de gasto, la falta de ingresos y la necesidad de vender cracks

Joan Laporta, presentant Raphinha

Joan Laporta se apresuró a anunciar las mejores y más satisfactorias noticias sobre la economía azulgrana en cuanto el equipo ganó un partido -frente a Osasuna-, después de permanecer escondido más de dos meses cuando comenzó a caerse el equipo en la Liga, coincidiendo también con un remate fatal de la fase de liga de la Champions League. Lo hizo, como se recordará, con una entrevista a medida en RAC1, donde dio por hecho que el Barça podía dar por conclusa la fase de choque contra la herencia de Josep Maria Bartomeu y que a final de temporada remontaría el margen salarial fijado por LaLiga para poder fichar 1:1. Es decir, sin tenerlo excedido.

«Si cumplimos con el fair play [financiero] a final de esta temporada se habrá acabado la etapa más oscura de la historia del club. Está previsto que se logre sin necesidad de vender jugadores. Cuando llegamos, teníamos 500 millones de pérdidas, y 1.500 de deuda. Si el año pasado ya dimos beneficios y repusimos fondos propios con una cantidad importante, y reestructuramos la deuda, ahora vamos por muy buen camino. También hemos reducido la masa salarial deportiva en 172 millones. Para disponer de fair play debemos presentar resultados positivos, que los tuvimos gracias a las palancas, es cierto, y ahora habremos rebajado la masa salarial que es la que nos permite ese margen LaLiga», dijo.

Realmente, Laporta no dijo una verdad en esa entrevista, al menos en el ámbito de la economía, ni equivocándose, entre otros motivos porque sabía que nadie de los periodistas presentes le iba a replicar ni a cuestionar sus bravatas, pese a que acababa de confirmarse el impago de los 40 millones de Libero, respondida con la presunta interposición de una demanda contra ese fondo de inversión, y la más que probable amenaza de no cobrar tampoco los 60 millones del segundo plazo de la venta de Barça Studios el próximo 15 de junio.

Al contrario de su relato, que LaLiga presidida por Javier Tebas ha desmentido publicando esta semana una rebaja del margen salarial del Barça de 270 millones a 204 millones, un revés durísimo contra esas expectativas, la realidad a la que se enfrenta Laporta el próximo día 30 de junio vendría a ser completamente a la inversa. Empezando por la consolidación de un déficit ordinario y estructural de entre 150 y 200 millones, la imposibilidad absoluta de alcanzar ese porcentaje ratio de 1:1 para fichar, la imperiosa necesidad de vender a los jugadores más valiosos para evitar otro cierre del ejercicio catastrófico, y, desde luego, admitir que los resultados y los indicadores son hoy peores que a 30 de junio de 2021 cuando, teóricamente, el Barça tocó fondo tras la gestión acumulada de Bartomeu y de la comisión gestora de Carles Tusquets.

Laporta largó un discurso fantasioso e imaginario hace apenas tres semanas como si la trama ruinosa tras la operación Barça Studios, que no ha hecho más que empeorar, se hubiera arreglado por arte de magia, sin duda impelido por ese convencimiento suyo de que la verdad le resta popularidad y de que al socio se le debe engañar sistemáticamente de la misma forma que se le debe impedir participar, opinar o interpelar a la junta.

Menuda cara de tontos que se les debe haber quedado a los miembros de los grupos de opinión con los que Laporta se reunió hace apenas unos días, también para embaucarlos con esa misma arenga, asegurándoles que gracias a la precisión de su plan de recuperación los tiempos de opulencia y de bonanza están a la vuelta de la esquina. Lo más aterrador fue su firme promesa y su compromiso en contra de una conversión del club en SA al final del camino, que es tanto como dar por seguro que no habrá otra solución cuando colapse el universo laportista.

LaLiga ha dejado clara y en evidencia la gravedad de esa economía menguante del FC Barcelona bajo la presidencia de Laporta, cuyo margen no ha hecho más que retroceder desde marzo de 2021, insostenible pese a la inyección de 1.000 millones en palancas que también se han gastado y agotado sin procurar más que beneficios coyunturales y la posibilidad de enmascarar la verdadera precariedad en la que se mueve el laportismo. La caída de los ingresos en general, unido al preocupante rechazo de los aficionados a Montjuic y la incapacidad para frenar el gasto, han dado como resultado ese margen salarial de 204 millones, cada vez más excedido, puesto que el coste salarial previsto para este curso es de 492 millones. O sea, 2,4 veces más de los recursos disponibles.

Se adivina otro cierre dramático del ejercicio, agravado porque las soluciones son pocas, como la de vender futbolistas, y la torpeza de una junta que ya ha metido la pata en ese primer intento de poner en el mercado a Frenkie de Jong a base de ensuciar su imagen filtrando informaciones manipuladas e inciertas sobre su salario. La respuesta del futbolista, aunque empieza a estar harto de tanta campaña en su contra, ha sido la de acusar a la prensa por prestarse a ese juego sucio y decir alto y claro que no tiene la menor intención de marcharse ni de facilitar un traspaso rentable para tapar, ni que sea parcialmente, las urgencias de Laporta.

Si el centrocampista holandés no se deja vender las otras opciones son Araujo, Pedri o Lamine Yamal, aunque se sigue hablando de Raphinha recurrentemente. Tampoco será fácil convencerles ni engañar a un comprador que pague lo que Laporta necesita antes del 30 de junio, ya que de otro modo las cuentas están condenadas a arrojar números rojos alarmantes con la imposibilidad añadida de no poder afrontar la elevada morosidad acumulada y la cada vez más cercana solución de que los acreedores tomen el control del club a cambio de la deuda.

En ese ranking del margen salarial revisado de la Liga, el Real Madrid apaliza al Barça con 727 millones de margen, de los cuales más de 300 millones están disponibles para que Florentino Pérez encaje a Mbappé sin el menor problema.

Es poco probable, sin embargo, que en las próximas horas nadie de la junta salga a explicar los motivos y las claves de esa regresión del potencial económico azulgrana que había llegado en 2022 a los 656 millones y a los 648 millones hace exactamente un año, en febrero de 2023, lo que significa un descenso espectacular y alarmante de 452 millones. Los dientes de sierra de este índice se explican por su relación con el desmadre financiero laportista desde su regreso al palco del Camp Nou, pues ese margen financiero estuvo en -144 millones, en negativo, como consecuencia de las pérdidas en pandemia, alimentadas por la falta de contramedidas y por el peso absurdo de haber añadido 100 millones en provisiones innecesarias al balance de la temporada 2020-21.

Luego, Laporta hubo de revertir su propio y enorme error mediante el recurso de las palancas con un beneficio que, pese a no gustar en LaLiga, se le permitió inyectar directamente a la vena del margen salarial y así poder fichar, aunque no sin apuros, la remesa de Lewandowski. Ahora que LaLiga le ha vetado esa artimaña, y además le ha obligado a ejercer un control del gasto y de la factura salarial, el resultado es otra caída a los infiernos de la precariedad con un déficit estructural que tan exactamente reflejan esos 204 millones de límite contra los 492 de gasto presupuestado para la nómina deportiva de este curso. La única salida es vender caro para poder fichar, como el verano pasado, jugadores libres, con poco mercado o extraordinariamente baratos, además de buenos y bonitos. La misma falsa de siempre.

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