Al descubierto el plan del soberanismo para controlar políticamente el Barça

La investigación judicial sobre Tsunami Democràtic revela que lo consideraba la mejor herramienta propagandística y de poder para alcanzar la independencia y cómo controlar a su presidente. Con Laporta, caben todos los autoritarismos

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont

Bajo el título «Tsunami planeó tomar el control del Barça para impulsar la hoja de ruta de Puigdemont en 2020», el portal especializado The Objective reproduce la investigación desplegada en torno a las actuaciones y conexiones de Tsunami Democràtic sobre diferentes ámbitos clave del poder en Cataluña, en este caso concreto referidas a su plan para controlar el FC Barcelona. Los episodios y situaciones descritos por la investigación de la Guarda Civil, que básicamente utiliza el contenido de las grabaciones de las escuchas telefónicas a diferentes personajes de ese entorno favorable a la implementación de la independencia de Cataluña bajo el mandato de Carles Puigdemont, cuadran con la actualidad y la agenda electoral del club azulgrana entre los meses previos al voto de censura contra el presidente Josep Maria Bartomeu, sostenido por las fuerzas del soberanismo y el propio gobierno de la Generalitat, y los hechos posteriores tras el regreso de Joan Laporta a la presidencia del Camp Nou. El más destacado, al margen de la firme determinación de instrumentalizar políticamente el Barça a favor del nuevo orden independentista, es la designación como proveedor tecnológico para el voto telemático impuesto por Laporta de Vocdoni, la plataforma tecnológica puesta en marcha para facilitar la celebración de una votación de independencia digital que permitiese proclamar la e-república ideada por el Consell per la República de Puigdemont.

En el origen, de acuerdo con este relato, está el objetivo de los ideólogos de Tsunami Democràtic y empresarios afines a Carles Puigdemont de controlar la presidencia del Barça y poner al club blaugrana al servicio de la causa independentista, convirtiendo el club en una «estructura de Estado» de la futura república catalana mediante dos acciones concretas. Por un lado, vender al club el uso de Vocdoni sugerido desde el interés de la rama informática de Tsunami Democràtic y, por otro, desde el entorno de Puigdemont y sus aliados en la Cámara de Comercio de Barcelona, apoyar inicialmente la candidatura de Víctor Font por su perfil cómplice con la causa, si bien ese posicionamiento fue previo a que Joan Laporta decidiera presentar candidatura prácticamente en la recta final del periodo preelectoral.

«El Barça es el medio o la herramienta más poderosa que tenemos en Cataluña como medio de comunicación (…) si tuviera un gobierno que fuera independentista sin complejos, y trabajara para el país, pues sería un éxito brutal”, es la transcripción de una conversación mantenida el 14 de mayo de 2020 entre el informático Joan Arús, uno de los presuntos creadores de la plataforma Vocdoni junto a Jordi Baylina, y el político de la CUP Ferran Reyes Gómez. Este contacto se sitúa en un contexto paralelo a la quiebra de SCYTL124, una empresa competencia de Vocdoni. Reyes es quien apunta en esa misma llamada que otro empresario independentista podría medrar para que el Barça considerase seriamente la posibilidad de cerrar un acuerdo con Vocdoni.

Poco después, en otra conversación, Arús le confirma a Ferrán Reyes su intención de encontrarse con Toti, uno de los inversores de Vocdoni con la capacidad de tener «acceso al Barça». Otro camino, apunta en la misma conversación, sería Sergi Miquel, hombre de confianza de Carles Puigdemont que figuraba, junto con su pareja, como uno de los únicos miembros del consejo de administración de la mercantil Lan Sei Consulting OCP2, fundada el 4 de marzo de 2020 y con sede social en Tallín (Estonia)», sospechosa según la Guardia Civil de integrarse en el entramado empresarial ideado por los desarrolladores de Vocdoni en el país báltico.

El informe concluye que Vocdoni fue creada en 2018, según su página web, un proyecto de voto digital mediante tecnología blockchain integrado en la Digital Catalonia Alliance (DCA), que «agrupa los principales sectores tecnológicos emergentes del territorio catalán en una alianza de comunidades tecnológicas innovadora, visionaria, disruptiva y colaborativa». Vocdoni se encargó de la votación digital celebrada durante la asamblea general y las elecciones de Òmnium Cultural, con un censo de más de 180.000 miembros, de acuerdo con un plan trazado por Tsunami «para hacerse con el control del Barça y poner al club al servicio del plan independentista del Consell per la República de Puigdemont».

Dos años después, en efecto, bajo la presidencia de Joan Laporta esa plataforma de votación digital participada por Reyes fue contratada por el club blaugrana. Una nota de prensa de Vocdoni informó de haber llevado a cabo una votación de carácter internacional con el Fútbol Club Barcelona y “la primera votación completamente digital organizada por un organismo público en España, el Ayuntamiento de Bellpuig”. Laporta impuso el voto telemático en todas las asambleas celebradas después de octubre de 2021 y en el referéndum del Espai Barça.

Con motivo de las elecciones al consejo consultivo de peñas del Barça en julio de 2022, Laporta también recurrió Vocdoni para realizar ese proceso, tras el cual su directora de proyectos, Marta Sancho, explicó que «a través de la plataforma se pueden obtener resultados auditables y transparentes, al mismo tiempo que se preserva el anonimato y la seguridad de las votaciones». Sancho aseguró que «Vocdoni ha sido clave para llevar este proceso de gobernanza cooperativa a la era digital».

Es posible que, si las investigaciones siguen adelante, en función del alcance de la nueva ley de amnistía sobre determinadas actuaciones y episodios del procés, el nombre del Barça puede salir involucrado, especialmente en el caso de que la red financiera aludida en esta información acabara sometida a algún tipo de causa penal.

En cualquier caso, parece bastante probada la intención de Tsunami Democràtic y del entorno independentista de controlar el Barça como una forma de consolidar y validar las tesis soberanistas de cara a la imagen internacional del procés, un propósito que ya intentó el mismo Carles Puigdemont desde el gobierno catalán el 17-O de 2017 cuando presionó hasta el último momento para que el Barça suspendiese el partido de Liga contra Las Palmas, para darle así una resonancia mundial a la celebración del referéndum soberanista.

Con la llegada de Laporta a la presidencia, se suponía que, además de la amistad con Puigdemont, activo como nunca en la campaña para que no le faltara ni un solo voto el 7-M, el club proyectaría una imagen institucional sólida y visible próxima al soberanismo. A la hora de la verdad, sin embargo, ese discurso ha quedado relegado a los estrictamente protocolarios de cara al exterior, aunque no ha faltado el apoyo a empresas como Vocdoni ni contrataciones de altos cargos de los Mossos y otras colaboraciones. Actuaciones compatibles con medidas sociales antidemocráticas, autoritarias y directamente atentatorias contra los derechos estatutarios del FC Barcelona o con el papel ejecutivo omnipresente y decisivo de Alejandro Echevarría, cuñado franquista de Laporta, que controla el área deportiva a través de Deco y todo el entorno de seguridad, por lo menos. En el universo de Laporta caben todos los totalitarismos.

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