La venta de Barça Studios amenaza con acumular otros 60 millones de impagos en 2024

Si se confirma la fuga de Libero, también seguirán pendientes de cobro 40 millones correspondientes a la venta cerrada en 2022 y se frustrarán totalmente las expectativas de capitalización de una compañía empezará a consolidar ‘pérdidas’

Joan Laporta

A menos de una semana para acabar el 2024 Laporta parece decidido a consolidar la venta de Barça Studios como una de las chapuzas financieras de mayor calibre de su mandato. Probablemente no será la que causará más perjuicio a la institución, pues la propia financiación del Camp Nou acabará transfiriendo, por imposible, la propiedad del club a quien se lo quiera quedar a cambio de la deuda en apenas un par o tres de años, quizás menos.

El vergonzoso engaño urdido sobre el valor y la operación de venta de los activos audiovisuales y de los derivados de las nuevas tecnológicas digitales (Web3, NFTs, Fan Token y metaverso) sobrepasaría el nivel de escandaloso y de tomadura de pelo histórica a los socios si no fuera porque la prensa y las redes, serviles al laportismo, aún hoy publican, se creen y difunden patrañas que en una sociedad anónima, o sea en una empresa normal sujeta a los mínimos controles económicos, y no como ocurre en el Barça de Laporta, donde hasta el Compliance es como de la ‘familia’, habrían llevado a sus dirigentes ante los tribunales.

A 31 de enero de este 2023 expira el plazo concedido o acordado entre Laporta y el fondo de inversión alemán Libero para el aporte de los 40 millones de euros pendientes de la venta aprobada por los socios del Barça en la asamblea de 2022, operación contabilizada por el valor de 200 millones a cambio del 49% de Barça Studios.

Algunos titulares de la prensa compulsivamente rastrera todavía escriben al dictado de los filtradores de la directiva y del área de comunicación que “desde la junta se contemplan alternativas por si Libero no pudiera cumplir con su parte”. Más la vale, porque a causa de ese desajuste, el propio Laporta y su junta hubieron de avalar dos veces el año pasado, una para para cubrir un desajuste de 6,6 millones en el plan de viabilidad comprometido ante LaLiga por el déficit de las secciones y otro de aproximadamente 18 millones para poder inscribir al resto de la plantilla, eso después regalar jugadores para reducir el coste la plantilla, ceder a otros por la misma razón (Ansu, Dest y Èric García), malvender a algunos como Dembélé y no poder comprar más que a un futbolista (Oriol Romeu) por culpa del lastre de la fallida venta de Barça Studios, impagada todavía un año después. Por ese mismo motivo, Laporta tuvo que aceptar, en ningún caso a regañadientes, los alquileres de Joao Félix (At. Madrid) y Joao Cancelo (Manchester City), estrategia de más que dudosa rentabilidad a la larga desde el punto de vista futbolístico.

El origen de ese pozo financiero es sabido, el incumplimiento de los primeros compradores de ese 49% (Orpheus Media y Socios.com) que avanzaron sólo 10 millones de euros cada uno de los 100 millones del valor su 24,5% de la propiedad en el momento de firmar, deprisa y corriendo, la operación cerrada en agosto de 2022 para dar cabida a la generación ‘Lewandowski’, aunque no del todo pues Laporta también hubo de avalar por Koundé y ampliarle el contrato a Umtiti para acomodar a los siete fichajes de aquel verano. Insuficiencia financiera crónica que gracias a la pésima gestión de ingresos y los gastos descontrolados de la administración laportista se ha ido agravando.

Es buen momento para recordar la información que Laporta ofreció a los socios para su aprobación en la asamblea: “Objeto de la operación: Transmisión por parte de Barça Produccions, S.L. de una participación minoritaria de Bridgeburg Invest, S.L., filial de Barça Produccions, S.L., dedicada a la gestión y desarrollo de contenido digital relacionado con Metaverse, NFT y Utility Tokens virtuales. La venta se realiza en favor de dos inversores (24,5% del capital social en cada uno de ellos), siendo éstos: Orpheus Media, S.L. y Socios Deportes Services, S.L por su explotación en régimen de control conjunto entre los tres socios”, detallando a continuación los ‘principales términos’ dl acuerdo: “i. Precio: 200 M€ ii. Forma de pago: (a) 20 M€ en el momento del cierre; (b) 180 M€ a abonar en los siguientes tramos (i) 60 M€ el 15 de junio de 2023; (ii) 60 M€ el 15 de junio de 2024; y (i) 60 M€ 15 de junio de 2025 iii. Garantías: los inversores han otorgado prendas sobre sus participaciones de la sociedad en garantía del cumplimiento de su obligación de pago del precio aplazado”.

En realidad, sin embargo, los compradores no sólo incumplieron el plazo del 15 de junio de 2023, sino que afirmaron, sin réplica ni desmentido de la directiva azulgrana, que no existía tal compromiso de pago. La junta mintió primero filtrando a modo de excusa un pacto de aplazamiento ficticio que dio paso, a las pocas semanas, a un comunicado con fecha 11 de agosto de 2023 según el cual los socios que adquirieron el 49% habían revendido el 29,47% y abonado al club un importe de 20 millones de euros. La memoria última, cerrada a 30 de junio, expone que “después del acuerdo de modificación del vencimiento del calendario de facturación entre el Club y uno de los nuevos socios, a los efectos que este pudiera hacer frente a sus obligaciones, se espera que, durante el último trimestre de 2023, éste hará efectivo el pago del importe restante de 40 millones.

En este sentido, a la fecha de formulación de las presentes cuentas anuales consolidadas, este se encuentra negociando con varios inversores diferentes opciones para obtener la financiación necesaria, para que, junto con la ampliación de capital realizada por importe de 20 millones de euros, que se encuentra pendiente de ser inscrita por parte del nuevo socio, asumir las obligaciones contraídas con la sociedad. De acuerdo con las mismas, así como con la tipología de la sociedad compradora y las garantías aportadas por este socio al club, no se han considerado dudas sobre su recuperabilidad, así como del valor razonable que se encuentra registrada a nivel consolidado”.

El redactado es, desde luego, otra burla a los socios y especialmente al auditor, que además de permitir el impago original también se ‘tragó’ la promesa de la llegada de un nuevo inversor, en realidad un sustituto de los compradores iniciales, antes del 31 de diciembre. Ya hace semanas que Libero le comunicó al club que en realidad no hay mercado ni interés ni dinero ocioso que pretenda entrar en un negocio que no ha dado beneficio antes, más bien al contrario, incluida la necesidad de cerrar Barça TV. Suponer que tras la fuga Orpheus Media y Socios.com habría inversores haciendo cola para cubrir ese espacio con dinero fresca o es una negligencia del auditor o una especie de truco propio de esa economía especulativa con la que Laporta trata de encubrir la falta de recursos y de nuevos ingresos.

También puede que ambas cosas a la vez, envueltas en una patada hacia adelante que pronostica un desenlace terrible y traumático a corto plazo, pues no contento con forzar esa quimera sobre la transmisión patrimonial de Barça Studios, Laporta enmascaró la precariedad del acuerdo con la menos surrealista y fantasiosa de la inminente cotización de esos mismos contenidos “en el mercado financiero internacional, en concreto en el Nasdaq, permitiendo ello la aceleración del negocio y convirtiéndose en una significativa fuente de ingresos para el Club junto a la entrada de socios estratégicos”.

Con una valoración de 1.000 millones de dólares, bajo la denominación comercial de Barça Media, la entrada en el índice tecnológico más importante del mundo debía arrancar también antes de fin de año. La triste realidad es que la Spac a través de la cual debía operar el Barça perdió buena parte de los potenciales inversores en cuanto trascendió que el propia Barça, o sea Laporta en este caso, era incapaz de capitalizar el 49% puesto a la venta. El Nasdaq está en trámite de retirarle la licencia a Mountain & Co. I Acquisition Corp, sociedad con sede en Islas Caimán, que había de contener Barça Media, en tanto que la junta pidió un aplazamiento hasta marzo, habrá que ver si finalmente con una penalización por incumplir el acuerdo suscrito en su día.

Para mayor desprestigio y deterioro económico del Barça, tanto la operación en Europa para obtener los fondos necesarios como la americana han devengado 10 millones de gasto en comisiones a favor de consultoras de ‘amiguetes’ de la junta y de su entorno. Peor panorama, imposible.

Escenario sombrío que además se agravó, debido a las urgencias y desequilibrio presupuestario al cierre del anterior ejercicio, cuando Laporta decidió darse un ingreso contable, no en cash, de 208 millones por el valor del 51% de Barça Studios, paradójica y cómicamente en base a una evaluación independiente del valor de la sociedad y de sus expectativas de crecimiento y de negocio.

La perspectiva no es optimista en ningún caso. Si Libero no paga, que será que no, y no se encuentra alternativa, escenario probable, no hace falta ser muy astuto para entender que al arrancar el año se acumularán otros 60 millones de euros pendientes de cobro a los ya impagados 40 millones del primer plazo correspondientes al 2023, 100 millones en total y que esta situación, además de exigir provisiones y afectar directamente al margen salarial, puede afectar al valor real de la compañía y producir más pérdidas. No son buenas noticias.

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