¿Por qué el espíritu de Piqué sigue muy presente en el vestuario del Barça?

Gerard Piqué, amb els títols conquerits amb el Barça

A menudo, el entrenador del Barça, Xavi Hernández, se ha quejado de las exigencias del calendario y del riesgo creciente de lesiones de sus jugadores por la falta de tiempo para recuperar los esfuerzos y las terribles consecuencias musculares de esa intensidad de partidos, hasta tres por semana para los internacionales. La lesión de Gavi, de ligamentos cruzados, «es un problema de calendario y de exceso de partidos», dijo, instando a reformar y reestructurar la temporada agrupando los partidos de selección en unos meses determinados. «Creo que la FIFA ya se lo plantea. Sería nueve meses con el club y después un mes con la selección, y después las vacaciones. Así se ahorrarían los viajes de 13 horas, por ejemplo, como Araújo y Raphinha», añadió. El problema, resumió, es la fatiga acumulada en las piernas se sus jugadores.

Sin embargo, fue la junta directiva, con el ok del técnico, la que programó una gira de pretemporada con cuatro partidos en los EEUU bajo un calor insufrible y sin apenas tiempo para entrenar. Y ha sido la misma junta la que ha propuesto jugar un amistoso en Dallas el próximo día 21 de diciembre con apenas día y medio de descanso, después del último partido de Liga antes del descanso de Navidad. Una barbaridad y un contrasentido contra el que el vestuario había levantado la voz, pero que ha acabado aceptando a cambio de una prima de 100.000 euros por cabeza.

Más allá de las angustias financieras de la junta, ansiosa por cobrar los 4 millones de ese amistoso, a jugar contra el América mexicano, el primer que debió oponerse fue Xavi, al que Joan Laporta convenció por las necesidades de tesorería, desarmando al entrenador cuando se queja del calendario.

Sobre la postura de los jugadores, no es la primera vez que el dinero obra milagros. El último precedente fue un amistoso en Sudáfrica en homenaje a Nelson Mandela, a jugar un miércoles en la única semana de descanso en meses, inicialmente rechazado por el entrenador de entonces, Ernesto Valverde, para cuidar del estado físico de los futbolistas. Sin embargo, a iniciativa de Gerard Piqué y otros capitanes de la plantilla en aquel momento, fueron los propios jugadores quienes se activaron para negociar por su cuenta las condiciones de la tarifa y la extraña forma de pago de un partido que se acabó jugando en Sudáfrica. Por lo que se ve, el espíritu de Piqué no se ha abandonado del todo ese vestuario. Aquel amistoso fue tan escandaloso, o más, que este partido de Dallas, tan inconcebible como polémico. Luego, que no se quejen.

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