Luis Rubiales ha presentado su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y como vicepresidente de la UEFA, después de que la FIFA, organismo rector del fútbol mundial, le apartara del cargo por su comportamiento tras la victoria de la selección española femenina en la Copa del Mundo, el pasado 20 de agosto.
En la carta abierta que ha publicado en Twitter, dirigida a su sustituto provisional, Pedro Rocha, Rubiales explica que «insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», y añade que ha adoptado la decisión «tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá» a hacer posible que España organice el Mundial de 2030.
El exdirigente de la RFEF también ha vinculado su renuncia, «entre otras cosas», a que «hay poderes fácticos que impedirían mi regreso», aunque la FIFA no mantuviera la suspensión que le ha impuesto, y aunque considera que «en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo».
Rubiales, sin concretar más, ha señalado que su familia ha sufrido «una persecución desmedida» y «muchas falsedades» en los últimos días, y ha afirmado que «tengo fe en la verdad» y que «haré todo lo que esté en mi mano para que prevalezca».
El expresidente de la RFEF no se ha referido a Jenni Hermoso, la futbolista que recibió de él un beso en boca durante la entrega de las medallas tras la final del mundial femenino de fútbol, la cual ha asegurado que no se lo consintió y le ha denunciado ante la Fiscalía por aquel comportamiento.
