Según el exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, la razón por la que Junts no recoge ninguno de los votos que pierden los partidos independentistas, “es básicamente porque la gente nunca sabe si en caso de votarlos harán lo que dice el presidente Puigdemont o lo que quiere el presidente Mas”. Lo escribía el otro día en su cuenta de Twitter -¿o hay que llamarlo X?-. Con su provocación -el letrado es un gran provocador-, abre el viejo debate de las distintas almas que cohabitan en Junts; la del ‘seny’ (juicio), liderada por el expresidente Artur Mas, y la de la ‘rauxa’ (arrebato), capitaneada por el expresidente Carles Puigdemont. La historia de siempre, la de Convergència y la de Unió, adaptada a los nuevos tiempos. Una convivencia que, según Costa, impide que el partido crezca; de hecho, lejos de crecer, decrece.
Aunque no lo menciona en el tuit, Costa se inscribiría en el bando de la ‘rauxa’. De hecho, queda demostrado echando un simple vistazo a los escritos que sus seguidores han dejado en dicha red social. Así, muchos mensajes se decantan por Puigdemont y critican a Mas, con comentarios como “Mas no es de Junts, pero siempre interfiere, y eso debe acabarse”; se le compara también con el exlíder unionista Josep Antoni Duran Lleida. Unos pocos le defienden, entendiendo que Mas también es patrimonio del partido. No pocos aprovechan el debate abierto por Costa para exigir a Junts que «deje muy claro» si «está por la independencia o para continuar con la autonomía».
Entre Mas y Puigdemont, Costa tiene clara su elección: Costa.
