La justicia ha abierto una causa penal contra la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por haber suspendido temporalmente las relaciones con Israel, incluyendo los acuerdos de hermanamiento de la capital catalana con Tel Aviv. Lo ha avanzado eldiario.es y lo han confirmado a la ACN fuentes próximas al caso. La alcaldesa tomó la decisión el pasado 9 de febrero en respuesta a la situación «de apartheid» que vive el pueblo palestino y a las «décadas de vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos».
Ahora, una magistrada ha admitido a trámite la querella que ha presentado el abogado Francesc Jufresa y que apunta que Colau y el entonces responsable de Justicia Global y Cooperación Internacional del consistorio podrían haber cometido un delito de prevaricación.
La querella fue interpuesta inicialmente ante la Audiencia Nacional, al entender que los efectos del supuesto delito tenían lugar en otro país, Israel, pero la respuesta del tribunal fue que los juzgados competentes eran los de la capital catalana.
El principal argumento que defiende, es que el Ayuntamiento no tiene competencias para tomar decisiones que afectan a la política exterior, que corresponderían el gobierno español. Hace especial énfasis en el hecho que Colau no tenía competencias para romper relaciones formalmente con Israel, aunque lo cierto es que el decreto aprobado hacía referencia solo al hermanamiento con Tel Aviv.
Así mismo, ve también un posible delito de odio, al entender que la carta que la exalcaldesa hizo llegar al primer ministro del país, Benyamin Netanyahu, contendía referencias antisemitas y afirmaba que Israel era un Estado racista.
En la interlocutoria, la juez también admite la denuncia que interpuso ante la fiscalía la proisraelí Asociación y Comunicación sobre el Oriente Medio. Esta entidad es la que ya fue a la jurisdicción contenciosa-administrativa para pedir que se paralizara el decreto de Alcaldía de suspensión de relaciones, pero la jueza de entrada rechazó la petición cautelar de paralizar la decisión.
Una decisión polémica
La decisión de Colau de suspender el hermanamiento con Tel Aviv puso fin al acuerdo de amistad que firmó el entonces alcalde socialista Joan Clos en 1998.La exalcaldesa la tomó después de que la plataforma Prou Complicitat presentara una petición en este sentido con más de 4.000 firmas y la adhesión de 80 entidades.
La noticia generó discrepancias en el seno del gobierno municipal, puesto que los entonces socios de BComú, el PSC, expresaron su rechazo. Se celebró un pleno monográfico para abordar la cuestión. Todos los partidos del consistorio, a excepción de los republicanos que se abstuvieron, votaron en contra, pero Colau sacó adelante la medida con un decreto.
