Centenares de taxistas han protagonizado este miércoles una marcha lenta por la Gran Vía de Barcelona para protestar contra la liberalización de las licencias interurbanas de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC). La protesta, convocada por Élite Taxi y Antaxi, ha empezado a las 10 de la mañana en la plaza España y, al llegar al Paseo de Gracia, los taxistas han aparcado los vehículos para ir a pie hasta la delegación del gobierno central en la capital catalana.
Los manifestantes han venido desde varias poblaciones de Cataluña, como Manresa, Sabadell, Mataró, Terrassa y Sitges, entre otras, y también de otras comunidades autónomas como Madrid y el País Vasco. El objetivo de los taxistas es que el modelo que se aplica en los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona se exporte también al resto de España, de manera que cada territorio pueda gestionar las licencias VTC, en vez de hacerlo desde el Ministerio de Transportes.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentenció que la norma que limita las autorizaciones VTC a una cada 30 taxis en el área metropolitana de Barcelona es contraria al derecho europeo, pero abrió la puerta a exigir una autorización adicional para poder prestar estos servicios, argumento al cual se aferran los taxistas para pedir al gobierno central que delegue las competencias a las comunidades autónomas y a los municipios.
Amenazan con colapsar España
El portavoz de Élite Taxi, Tito Álvarez, ha amenazado con una protesta a gran escala a las puertas del verano si no se evita la «liberalización salvaje» de los VTC. Álvarez ha fijado el 30 de junio como fecha límite para «poner orden» a la ley que regula el sector. «Confiamos en tener el martes un texto que podamos acordar. Si no hay pacto, saldrán todos los taxis de España a colapsar todas las ciudades y aeropuertos«, ha apuntado en declaraciones a la prensa antes de la protesta.
«Todas las grandes ciudades del territorio nacional están a punto de explotar. Ahora mismo estamos en una situación clavada a la de julio de 2018, cuando explotó todo y en Barcelona empezó una huelga indefinida que se extendió como una mancha de aceite», ha afirmado. «Estamos pidiendo ayuda al gobierno español. No es una amenaza, no estamos amenazando, sabemos que tienen voluntad», ha indicado Álvarez.
