El gobierno catalán ha nombrado a Anna Maria Molina como la nueva directora general de Función Pública, el mismo día en que se ha hecho efectiva la destitución de Marta Martorell, que ocupaba el cargo hasta ahora, por el caos en las oposiciones para estabilizar el personal de la Generalitat de este sábado.
Licenciada en Derecho y diplomada en Relaciones Laborales, Molina ha ocupado varios cargos a la administración y, recientemente, ha ejercido como Subdirectora General de Análisis y Planificación Estratégica, que depende de Función Pública. Trabaja en la Generalitat desde 2005 y ha trabajado en los departamentos de Salud y de la Presidencia.
La decisión del ejecutivo de Pere Aragonès llega después de la avalancha de críticas y las peticiones de dimisión por parte de algunos partidos y sindicatos que han denunciado la mala organización de las pruebas, la gestión de las cuales se subcontrató a la empresa Cegos. La compañía, con sede en Madrid, subcontrató personal a través de la ETT Randstad para hacer la vigilancia y coordinación de las pruebas.
Los sindicatos han denunciado múltiples incidencias en una misma jornada donde se convocaron todos los grupos, cuerpos y escalas de la Generalitat, en total, asistieron más de 13.000 personas. Las organizaciones han asegurado que muchos aspirantes estaban sentados sin separación y con el mismo modelo de examen, que faltaban fotocopias de las pruebas y también personal experto e incluso mobiliario.
