La Guardia Civil ha detenido a 76 personas en diferentes ciudades de España, entre ellas Barcelona, Girona y Tarragona, que habrían estafado un millón de euros a ciudadanos de Extremadura mediante el envío de mensajes de móvil en los que se hacían pasar por una conocida entidad bancaria. El grupo disponía de «mulas económicas», personas vulnerables que captadores convencían para que cedieran sus números de cuenta corriente o abrieran nuevos a cambio de comisiones. Los estafadores enviaban a las víctimas un mensaje en el que les alertaban de una incidencia en su banco, facilitando un enlace a una web falsa para solucionar el problema y, así, obtener los datos de acceso a la banca digital para realizar transferencias ilícitas.
Los estafadores combinaban técnicas de engaño como el phishing y el smishing, con los que, a través del envío de emails o mensajes fraudulentos con apariencia de una fuente de confianza, los estafadores pretendían obtener las credenciales de acceso de las víctimas. Más adelante se unió el vishing, en el que los ciberdelincuentes hacían una llamada en tiempo real a la víctima y, haciéndose pasar por un trabajador del banco, le advertían de movimientos sospechosos en su cuenta. Una vez ganada la confianza, solicitaban a las víctimas las claves de acceso recibidas en los móviles, que en realidad eran códigos para autorizar transferencias.
Para los investigadores, la mayoría de los detenidos ejercían funciones de “mulas económicas”, reclutadas por “captadores”, que buscaban a personas en situación de vulnerabilidad. A cambio de pequeñas comisiones, conseguían las numeraciones de sus cuentas bancarias o bien conseguían que abrieran cuentas online en diferentes entidades. Los captadores ocupaban un escalón superior a las mulas, siendo personas que habían sido convencidas por los componentes de otro nivel superior y que, como estafa piramidal, obtenían comisiones por cada una de las mulas que reclutaban.
