150 años de historia y un tesoro

Hace 150 años que el Ateneu Barcelonès se fundó fruto de la fusión del Ateneu Català y el Casino Mercantil Barcelonès. Los fundadores eran fundamentalmente la burguesía más conservadora junto a intelectuales y profesionales liberales. Una de las razones fundamentales de su fundación fue crear una institución en la que se generaran debates con la voluntad de trascender e influir en la sociedad que los rodeaba.

En los primeros tiempos del Ateneu se produjo una escisión, que duró poco tiempo, entre los socios creacionistas (conservadores) y los darwinistas (progresistas). Se superó esta crisis después de largas conversaciones y se demostró así que era una institución que quería adaptarse los tiempos que le tocaba vivir.

Posteriormente fue una institución que se implicó también en la defensa de que Cataluña tuviera su propio código civil. Pronunció en ella un discurso Àngel Guimerà en defensa de la lengua y la cultura catalana que tuvo mucha repercusión. En el primer tercio del siglo XX se convirtió en un gran faro de cultura de la ciudad de Barcelona y también de Cataluña. Fue la sede de peñas como la de Quim Borralleres y allí se hacían grandes tertulias prestigiosas. La foto que quizás es más icónica de aquella época es la que nos presenta sentados en la misma mesa escribiendo sus artículos a Josep Maria de Segarra, Eugeni d’Ors y Josep Pla. Eran artículos que después llevaban a los medios de comunicación en los quetrabajaban.

Además el Ateneo, pendiente siempre de la sociedad que se movía en su entorno, acogió la presentación de la revista Feminal y las conferencias de su directora Carme Karr, que fue la primera mujer que se dedicó en exclusiva al oficio de periodista. También instituyó en los años treinta el premio Crexells.

En 1939 la frase más repetida por todos los ateneístas era “se acabó todo”. Con la llegada de la dictadura franquista desapareció todo el movimiento cultural que se producía, se impulsaba o se acogía en el Ateneu. Podríamos decir que en aquella etapa se vació de contenido o como afirmó el historiador Carlos Santacana, en la conferencia “Ateneu Barcelonès i societat”, se fosilizó durante las cuatro décadas posteriores al final de la guerra civil.

En su última etapa, el Ateneu ha tenido que adaptarse a un ecosistema más competitivo en el que existen más alternativas y la esfera pública promueve políticas culturales. Algunos jóvenes ateneístas como Montserrat Roig, Josep Maria Prims o Joan Alegret se implicaron en la junta que afrontó el período de democratización, la transición hacia una nueva institución. Cuenta Jordi Casassas, que presidió la entidad durante dos mandatos, que esta transición no fue fácil ni sencilla. Algunos consideran que la verdadera modernización en al Ateneu llegó con la junta que presidía Oriol Bohigas.

Pero si hay una joya, un tesoro que da sentido al Ateneu Barcelonès es su biblioteca, que heredó del Ateneu català. Era una biblioteca moderna que si bien no era literaria estaba muy actualizada en cuanto a conocimiento científico y disponía de bastante prensa europea. Se diferenciaba de la biblioteca incipiente de la universidad cuyos fondos procedían de conventos y, por tanto, estaba muy alejada del latido de la sociedad catalana del momento. La biblioteca del Ateneu, además de continuar ampliando el número de volúmenes, dispone de un importante archivo de la palabra constituido fundamentalmente por las conferencias que desde 1973 ha ido quedando grabadas. Ha conseguido contar con una gran biblioteca multimedia, cuyo nuevo objetivo es su completa digitalización.

Jordi Casassas asegura que el Ateneu Barcelonès es una institución progresista porque es el reflejo de una sociedad catalana que lo es. No sé. En cualquier caso, mi impresión como observador y usuario no socio del Ateneu Barcelonès es que se trata de una institución progreva y que, precisamente con esta progresividad que han ido forjando con su carácter y marca propia las sucesivas juntas presididas por personalidades con nombres tan insignes como Àngel Guimerà, Valentí Almirall, Oriol Bohigas o Francesc Cabana. Con el tiempo y el trabajo de estas presidencias y sus juntas se ha ido conformando una de las instituciones barcelonesas y catalanas más respetables y respetadas que con mayor o menor influencia ha tenido la vocación de incidir en los debates políticos y culturales de nuestra sociedad.

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1 comentario en «150 años de historia y un tesoro»

  1. Ojalá sea así. Necesitamos debatir, dialogar, pensar, explicar. Queremos saber que está pasando en el mundo y en nuestro alrededor. Y con argumentos e ideas y menos banderas.

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