Tres, por lo menos. Están siendo elaboradas por un destacado jurista y los servicios jurídicos de una entidad de la sociedad civil y un partido político. Los destinatarios de las querellas son el presentador de Zona Franca, el director anterior y el actual del programa y los miembros de los consejos de gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC).
Algunas de las querellas sólo se refieren al grito de ‘puta nit i bona Espanya’ con el que el presentador del programa, Joel Díaz, lo presenta diariamente, y otras incluyen también intervenciones y gags despectivos hacia los símbolos españoles, como la bandera o el himno nacional.
Estas querellas llegan después de que tanto la CCMA como el CAC y el director de TV3, Sigfrid Gras, hayan afirmado que los insultos a España entran dentro de los límites permitidos al humor que se puede hacer en la televisión pública catalana.
El delito de odio es “cualquier infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o las propiedades, en las que la víctima, el local o el objetivo de la infracción se fundamenta por su “conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo”. Este grupo “debe estar basado en una característica común de sus miembros, como la raza real o perceptiva, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el color, la religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual o un factor similar”.
Las condenas contempladas por el Código Penal para los delitos de odio oscilan entre los 6 meses y los 4 años de cárcel, multas e inhabilitaciones superiores de entre 3 y 10 años a la duración de la pena de privación de libertad.
