David Madí rompió su silencio en RAC1, y lo hizo disparando a diestro y siniestro contra parte de la antigua cúpula de los Mossos d’Esquadra. El empresario, consultor y ex secretario de Comunicación de CDC ha acusado a los agentes que le han investigado de «prevaricar» elaborando informes contra él que después habrían filtrado.
Madí ve en la forma de actuar de algunos mossos «técnicas de alcantarillado», y ha cargado contra los «mini-Villarejos» que, a su juicio, «también hay ha en Cataluña». Inicialmente, evitó dar nombres, pero acabó admitiendo que se refería al intendente Toni Rodríguez, el exjefe de la División de Investigación Criminal destituido hace 10 meses, y a su entorno.
La Audiencia Nacional investiga a Madí por, presuntamente, haber actuado como intermediario en la supuesta financiación ilegal de Convergencia Democrática entre los años 2009 y 2011. En un informe, los Mossos y la Guardia Civil sostienen que era el mediador entre Telefónica, Gas Natural y Repsol, y el partido: las compañías pagaban comisiones a CDC a cambio de contratos a través de la productora Triacom, con la que Madí colaboraba.
Pero él lo niega todo. Atribuye el informe de los Mossos a la «guerra de facciones» dentro de la policía catalana, que habría comenzado en enero de este año, cuando el conseller Joan Ignasi Elena destituyó al mayor Josep Lluís Trapero y a otros altos cargos del cuerpo, como el jefe de la División de Investigación Criminal.
