Jordi Puigneró, vicepresidente del gobierno de la Generalitat y consejero de Políticas Digitales y Territorio, impulsó la implantación de las criptomonedas en Catalunya meses antes que los emisarios rusos que se reunieron, en octubre del 2017, con el entonces presidente Carles Puigdemont se lo pidieran a cambio de apoyo político y militar a la independencia de Catalunya. El 8 de marzo, cuando Puigneró era secretario de Telecomunicaciones, Ciberseguridad y Sociedad Digital del Govern, afirmó que «la red global Blockchain, una tecnología que revolucionará aún más la Sociedad Digital, apuesta por Cataluña». Esta afirmación de Puigneró se incluía en una nota de prensa distribuida por el Departamento que dirigía que ha desaparecido del archivo de su portal. La red Blockchain es la que permite el funcionamiento de las criptomonedas.
Los emisarios rusos que se reunieron con Puigdemont, poco antes de que declarara la independencia de Catalunya, no iban mal encaminados. Sabían que el gobierno de la Generalitat apostaba por potenciar criptomonedas alternativas al euro, una opción que desestabilizaría la moneda europea y, por tanto, a la Unión Europea. El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha apuntado a todas las campañas que desestabilizan Europa, desde el Brexit al independentismo catalán o cualquier iniciativa que ponga en apuros la cohesión europea. Debilitar el euro es una de sus prioridades y el gobierno catalán se lo ponía en bandeja apostando por las criptomonedas.
Puigdemont envió a su consejera de Presidencia, Elsa Artadi, a negociar con los emisarios rusos. Artadi declaró ante el juez Joaquín Aguirre, quien investiga esta trama, que el entonces presidente de la Generalitat delegó en ella la asistencia a esa reunión, celebrada pocos días antes de la proclamación de la independencia, porque es economista y que eso ayudaría en un intercambio sobre criptomonedas. Sin embargo, declaró que no acabó de entender qué le proponían sus interlocutores rusos.
Quizá hubiera sido más acertado enviar a Jordi Puigneró a este encuentro, porque él llevaba meses promocionando monedas digitales catalanas. El 27 de diciembre, dos meses después de la declaración unilateral de independencia y seis días después de las elecciones al Parlament que se celebraron tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el todavía secretario de Telecomunicaciones subía este mensaje a Twitter: “Los catalanes hacen cosas. Pues sí. Hoy hemos presentado el lanzamiento de la moneda «Meal», de la empresa catalana @nostrum_123. La innovación digital de una empresa de producto tradicional es posible (y necesaria)”. Puigneró puso tres hastags en este tuit: smartcat, blockchain y KRLS (la etiqueta de Puigdemont).
Meses antes de la convocatoria del referéndum del 1 de octubre de 2017, el gobierno de la Generalitat había contemplado la posibilidad de pagarlo con criptomonedas. Incluso, Puigdemont, el entonces vicepresidente del gobierno, Oriol Junqueras, y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, se reunieron, en julio, con Vicent Nos, un empresario y desarrollador informático, que se ofreció a organizar la consulta si le pagaban medio millón de euros en la criptomoneda ethereum. La idea no acabó cuajando. La justicia aún investiga cómo se pagó el referéndum del 1-0. Mientras, Puigdemont se ha puesto la etiqueta eth (ethereum) en su perfil de Twitter y Puigneró es vicepresidente del gobierno y consejero de Políticas Digitales y Territorio.
Si vuelven los rusos proponiendo el apoyo del Kremlin a la independencia a cambio de que el gobierno de la Generalitat convierta a Catalunya en un paraíso de las criptomonedas, mejor que se reúna con Puigneró que con Artadi, que hace unas semanas anunció que se retiraba de la política.
