Gustavo Petro, primer presidente de izquierda de la historia de Colombia

El mandatario socialdemócrata y la vicepresidenta Francia Márquez tratarán de realizar reformas profundas con un Congreso dominado por “los de siempre”, la élite económica y política del país

    Gustavo Petro, 42º presidente de Colombia (Pacto Histórico)
    Gustavo Petro, 42º presidente de Colombia (Pacto Histórico).

    “El cambio real” de la izquierda ha triunfado en Colombia. En el 2019 y el 2021, millones de colombianos reclamaron cambios en las calles e iniciaron la crisis política que ha dejado a los partidos tradicionales fuera de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales tras el impopular mandato del expresidente Iván Duque. Los socialdemócratas Gustavo Petro y Francia Márquez se han convertido en los herederos de buena parte de esas demandas y se han erigido como los primeros presidente y vicepresidenta de izquierda de la historia de Colombia.

    El exguerrillero, economista y líder de la coalición Pacto Histórico ha obtenido el 50’5% de los votos y ha superado al ingeniero y magnate de la construcción populista de derecha Rodolfo Hernández, que se ha quedado con el 47’3% de apoyos. El voto en blanco ha ascendido hasta el 2’25%.

    En la primera vuelta, la mayoría de los colombianos votaron por dos personalidades alternativas a “los de siempre”, la élite política tradicional. Petro ha propuesto un cambio ambicioso y a largo plazo y Hernández, uno pragmático y enfocado en la lucha contra la corrupción.

    Cambios profundos

    El 42º presidente de Colombia ha conseguido el ansiado triunfo en la tercera ocasión que se ha presentado como candidato a la presidencia. Antes fue guerrillero y, cuando la guerrilla M-19 (en la que militaba) dejó las armas, se convirtió en un exitoso y polémico senador y alcalde de Bogotá.

    Petro ha defendido que su proyecto político necesita ser realizado en varios mandatos para conseguir sus objetivos mediante reformas profundas, aunque ha prometido que no se presentará a la reelección. El economista ha propuesto desconcentrar la propiedad de la tierra, desligar los sistemas de salud y de pensiones del sector privado y cambiar el modelo productivo del país del extractivismo al industrialismo.

    “Petro busca un cambio cultural y un estado que tome acciones fuertes para asegurar la igualdad”, ha afirmado la politóloga Mónica Pachón en declaraciones a BBC Mundo. “Un estado más grande, más garantista, con una provisión de servicios más amplia, algo que necesariamente implica aumentar el gasto y la burocracia estatales”, ha explicado la analista.

    Negociar con la élite

    Como líder de la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro tiene el apoyo de 20 senadores y 28 representantes en la cámara baja. Sin embargo, será fundamental negociar con las formaciones políticas tradicionales para realizar los cambios de fondo que ha propuesto en su programa electoral.

    Durante la campaña de la segunda vuelta, tanto Petro como Hernández han tenido que iniciar esa negociación con los líderes de los partidos de “los de siempre”. Para el candidato independiente, comparado con el presidente salvadoreño Nayib Bukele por medios de comunicación, ha sido más fácil, ya que su programa económico era más similar al de las fuerzas políticas de derecha del ‘establishment’ colombiano, lideradas por el centroderechista Fico Gutiérrez.

    El recién elegido presidente lo tendrá más complicado, ya que las reformas que propone afectarían directamente a los intereses de la élite económica y política (tradicionalmente aristocráticos y criollos), que tiene el poder en el Congreso y que ha gobernado Colombia desde que se independizó de España el 10 de agosto del 1819 de la mano del libertador Simón Bolívar.

    Además del Congreso, tendrá que convivir con otros grandes contrapesos: el Banco de la República, los medios de comunicación, las cortes, los entes de control estatal y las asociaciones empresariales. Incluso el principal aliado potencial de Petro, el liberal Sergio Fajardo, ha votado en blanco en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

    “Los de siempre”, el gran obstáculo de la izquierda

    La institucionalidad colombiana ha impedido hasta ahora que se produzcan cambios drásticos en el estado y que políticos de izquierda llegaran a la presidencia del país. Durante décadas, la mayoría de los dirigentes que no formaban parte de la oligarquía colombiana y que amenazaban el ‘statu quo’ fueron aislados, sobre todo si tenían opciones de llegar a la presidencia. Los excandidatos Jorge Eliécer Gaitán y Luis Carlos Galán fueron asesinados en las campañas electorales del 1948 y el 1989.

    Para asegurarse el poder, liberales y conservadores formaron el Frente Nacional en los años 40 y 50, un acuerdo con el que se alternaban el poder entre ellos y se dejaba fuera a todos los candidatos alternativos. Con la Guerra Fría de fondo, surgieron seis guerrillas en Colombia y los contrarios a ellas crearon ejércitos paramilitares ilegales para detenerlas.

    Con el desarme de las FARC, el principal grupo guerrillero del país, la izquierda ha dejado de estar estigmatizada por una lacra que ha asesinado a más de 200.000 personas, que ha provocado que millones de víctimas se desplacen y que sigue marcando a los ciudadanos de Colombia hasta la actualidad.

    Gustavo Petro y Francia Márquez escribirán una nueva etapa de la historia de la izquierda en Colombia. Con el tiempo se sabrá si consiguen llevar a cabo el “cambio real” o si las políticas de los nuevos líderes del país fracasan bajo las presiones de “los de siempre”.

     

    (Visited 118 times, 1 visits today)
    Facebook
    Twitter
    WhatsApp

    avui destaquem

    Deja un comentario