¿Por qué el fichaje de Lewandowski es una trampa made in Laporta?

Lewandowski

Entre las excentricidades a las que la prensa catalana da pábulo y alienta estos días figura la posibilidad de que el FC Barcelona acabe fichando a Lewandowski (foto), el impresionante delantero del Bayern Múnich, que ha conquistado la Bota de Oro la pasada temporada, en la primera pocas en las que no ha pujado por ese título Leo Messi. El delantero polaco anotó 41 goles en 29 partidos de la Bundesliga. En la actual, Robert Lewandowski acumula 35 goles, una cifra impresionante para un futbolista que la siguiente cumplirá 34 años.

Aunque el futbolista le ha echado un pulso a su club, declarándose un poco en rebeldía, en respuesta a la postura del club bávaro de no dejarle marchar en este final de carrera, hay que convenir en que, ciertamente, al Bayern le ha venido más que bien esta extraña situación.

Si a su edad, 33 años, un club quiere pagar los 35 millones en los que finalmente se ha acordado su libertad, el Bayern se ahorra proponerle, cumplir y pagarle un último contrato, siempre complicado de plantear a la hora de valorar los servicios prestados o limitar la oferta a lo que puede dar de sí un futbolista con una edad en la que, posiblemente, pueda dejar de ser tan competitivo como hasta ahora.

La cuestión, sin embargo, es que, desde el principio, la operación salida de Lewandowski se ha planteado como un mano a mano entre el Bayern y el Barça sin que haya aparecido ningún otro club en la puja. La causa hay que buscarla en que su agente, Pini Zahavi, no es otro que el amigo y ex-socio de Laporta en la fuga de Neymar al PSG y en otras operaciones de las que no se sabe el principio ni el final.

El Barça, por esa relación personal de Zahavi con Laporta, ha jugado desde el primer momento a ficharlo como si fuera una operación imprescindible y una oportunidad de oro que no se volverá a presentar.

Las portadas de los periódicos catalanes han llegado a Múnich con la seducción y la música de un final que parece condenado a ser feliz.

La cuestión es si no será un montaje entre amigos desde el momento en que el propio Laporta apunta que las dificultades económicas del club azulgrana para fichar son angustiosas. Por la regla del 1/3 que marca LaLiga, el Barça debería liberar mínimo 105 millones en fichas, salario de Lewandowski al margen.

Sólo faltaban las “visiones” de un periodista, que aseguró haber visto al propio Pini Zahavi comprando diez camisetas azulgrana con el nombre de Lewandowski en la Megastore Barça del Passeig de Gràcia. Si hubiera sido Pini Zahavi, el amigo de Laporta, no las habría pagado. Se las habría hecho regalar.

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