La fundación Arrels ha publicado la memoria provisional de 2021 y, según estos datos, durante este año ha atendido a un total de 2.103 personas sin hogar, el 30% de las cuales han recibido por primera vez este acompañamiento. Del total de personas, el 88% son hombres y el 12% son mujeres. La cifra es ligeramente inferior a la de 2020, cuando atendieron a un total de 2.600, un descenso que la entidad atribuye al contexto de pandemia.
La fundación ha destacado las ventajas que ha comportado la ampliación del equipo de calle, ya que «ha supuesto llegar a todos los distritos de Barcelona y visitar a 844 personas que viven al raso, un 24% más que el año anterior» y un 59% más que en 2019. Además, ha podido garantizar alojamiento a 249 personas, orientar a 671 sin hogar que no sabían dónde pedir ayuda, y dar servicio mediante el centro abierto a 1.487 personas.
Durante el 2021, Arrels ha acompañado en la muerte a 42 personas sin hogar «para que no estén solas», las cuales eran conocidas de los miembros de la fundación porque las visitaban en la calle, iban al centro abierto o vivían en alguno de los alojamientos que gestiona entidad. Por otra parte, la fundación ha subrayado «el apoyo que la ciudadanía da a las personas sin hogar»: han recibido más de 400 llamadas de vecinos preocupados y han contado con la implicación de más de 300 personas en los proyectos que Arrels ha llevado a cabo los últimos 12 meses.
Como señala la fundación, «la llegada del covid-19 ha empeorado la situación de las personas que viven en la calle y ha afectado a los recursos que las atienden». De hecho, el comunicado afirma que «hace meses que los servicios del Ayuntamiento de Barcelona donde las personas que viven en la calle deben dirigirse (…) no atienden a todas las personas que lo necesitan; los albergues municipales han dejado de ser de acceso directo y servicios básicos higiénicos, de ropero y de comedor también se han visto afectados durante todo el año”.
