La manifiesta y incalculable dimensión de la campaña mediática en contra de Josep Maria Bartomeu alcanza cotas de un nivel de agresividad y de militancia con escasos precedentes en la historia de este país. Hasta ElNacional.cat, órgano independentista llamado a filas para reforzar esta fase de extrema necesidad del laportismo, ha rescatado para sus lectores una de esas leyendas negras de Bartomeu que, siendo del todo falsas, insostenibles y manipuladas, se siguen utilizando con el fin último de que no haya un solo socio barcelonista que, por rechazo a su figura, albergue la menor duda de salirse ni un centímetro del camino marcado por Joan Laporta. ¡Han resucitado las operaciones de Marco Asensio y Vinicius como una decisión de Bartomeu para actuar en contra del club !
Es un juego puesto estratégicamente en marcha en la fase preelectoral con el Barçagate, el burofax de Messi y luego el voto de censura, basado en la psicología invertida y el propósito, con acierto, de haber generado entre el barcelonismo, un voto de castigo y de repulsa hacia Bartomeu en beneficio del polo opuesto, Laporta, el gran derrotado en las elecciones de 2015.
La recurrencia tiene una explicación simple, justificada y necesaria pues Joan Laporta no ha sido capaz de presentar ante los socios una sola alternativa a la herencia de Bartomeu, con unas secciones profesionales inmaculadas (Femení, Balonmano, Futbol Sala, Baloncesto y Hockey Patines) y sobre todo una generación de oro de jóvenes promesas que intenta desesperadamente asociar a su presidencia, presentando las renovaciones exprés y urgentes de Pedri y de Ansu Fati como fichajes propios, jugadores a los que ha blindado generosamente -también a sus agentes- para que repitan ante la prensa su agradecimiento al presidente Joan Laporta. Está claro que Laporta lustra su imagen y ego, la de un presidente sin solvencia ni ideas ni recursos, con el dinero de los socios, realidad que los medios obvian y ocultan en el tratamiento de esas informaciones.
Laporta no tiene nada más que ofrecer más allá de esos jugadores de Bartomeu, herencia extraordinaria que los medios silencian, de la misma forma que no tiene otra baza que Koeman de entrenador, ni otro proyecto que no sea el Espai Barça en la forma y la financiación dejada atada y bien atada por Bartomeu con Goldman Sachs. Incluso ha recurrido a la idea del Barça Corporate (de momento la venta del 49% de Barça Studios) para equilibrar las pérdidas previstas de esta temporada.
Su equipo de comunicación y aparato mediático no pierde detalle, necesita evitar fugas o despistes, de ahí la necesidad de activar incluso portales digitales políticos con el pretexto de recordar la vieja historia del fichaje de Marco Asensio por el FC Barcelona, fruto, como el no fichaje de Vinicius, de la decisión de los técnicos de la época bajo la dirección de Andoni Zubizarreta (foto). A raíz de que Andoni fue despedido por su manifiesta incapacidad para controlar a Luis Enrique y la crisis provocada por su mala relación con Leo Messi en enero de 2015, el ex-portero azulgrana se dedicó a intoxicar a sus periodistas amigos, básicamente de El País, en contra de Bartomeu para salvar su reputación e imagen.
Zubizarreta, que llegó al Barça por el expreso deseo de Josep Guardiola cuando Sandro Rosell ganó la presidencia, dejó de jugar a favor de los intereses del entrenador, al cual le hacía de tapadera para justificar sus decisiones, tras su marcha del club. Bajo su dirección, que propició grandes cambios en el fútbol base, produjo una sequía de talentos que apenas dejó jugadores de la Masia, cero, aptos para triunfar en el primer equipo con garantías y continuidad. Sus ‘éxitos’ se reducen a Munir i Sandro después de haber estropeado también a Adama Traoré. En cambio, cinco años después de su salida del club, el fútbol base ha recobrado su fertilidad como es demostrable.
¿Por qué motivo ahora ElNacional.cat rescata tendenciosamente delitos de gestión deportiva que Bartomeu nunca cometió? Es la conclusión de siempre. Se da por hecho que la prensa del Barça y satélites actúan descaradamente a favor de determinados intereses de una junta y en contra de otra.
