El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha querido mostrar su compromiso con el medio ambiente y, tras anunciar el acuerdo para la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat -que afectará el espacio protegido de La Ricarda- ha asegurado que este será «el aeropuerto más verde de Europa». Lo ha hecho este martes en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que también se ha comprometido a trabajar para reducir «al mínimo» la afectación medioambiental que tendrá la ampliación.
Puigneró ha recordado que las acciones que se lleven a cabo deberán recibir la aprobación de la Comisión Europea, lo que supondrá «la mejor garantía de que será un aeropuerto sostenible», y ha recalcado que «la lucha contra el cambio climático es una lucha de todos; si no conseguimos los objetivos, será un fracaso». El vicepresidente del Gobierno catalán, además, ha abierto la puerta a la posibilidad de restringir -en un futuro- el acceso al aeropuerto de los aviones más contaminantes.
«Saldrán nuevos tipos de combustibles y podremos tomar decisiones sobre qué tipo de aviones queremos que aterricen en El Prat», ha explicado, proponiendo que las restricciones afecten también los coches más contaminantes. «Debemos hacer todo lo posible para que la solución global de este aeropuerto acabe siendo un mejor aeropuerto que lo que tenemos ahora», ha manifestado Puigneró.
El vicepresidente ha reconocido que la afectación medioambiental de La Ricarda no estará concretada hasta la redacción del Plan Director, y ha hecho un llamamiento para trabajar junto con los que se han posicionado contra la ampliación: «El que quiera oponerse al proyecto lo tendrá que explicar. Todo el mundo tendrá que poner de su parte».
Puigneró ha remarcado que «uno de los grandes problemas que tiene hoy en día la economía catalana es que cuando tienes que viajar a otros puntos del mundo, muy a menudo tienes que hacer escaleras, y pierdes competitividad», por lo que ha pedido rutas directas y «hacer posible que aquí puedan aterrizar vuelos intercontinentales». Así, según el vicepresidente, el aeropuerto de Barcelona dejará «de ser ‘low cost’ para pasar a ser un gran aeropuerto de valor añadido, con vuelos que aporten tecnología, talento y trabajo».
