Villarejo pretendía implicar a Trapero en un caso de tráfico de drogas para pincharle el teléfono

El excomisario ideó un plan con su estrecho colaborador Antonio Giménez Raso y el exjefe de la UDEF, José Luis Olivera, para utilizar el juez Garzón por sus intereses

El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero
El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero

El major dels Mossos, Josep Lluís Trapero

El excomisario José Manuel Villarejo, trató de implicar al actual mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, en un caso de tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Los hechos ocurrieron en 2009, cuando Trapero era jefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos y Villarejo ni siquiera le conocía, y según las grabaciones a las que han tenido acceso diarios como el ARA y La Vanguardia, el objetivo principal era perjudicar Trapero y el fiscal del caso Riviera, David Martínez Madero, que investigaban una red de prostitución en Cataluña donde había varios mandos de la Policía implicados.

En la conversación intervienen Villarejo, un policía y estrecho colaborador del excomisario, Antonio Giménez Raso, y el exjefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), José Luis Olivera, los tres implicados también en la llamada operación Cataluña. La grabación ya está en manos del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón y es una muestra de cómo Villarejo maniobraba para alterar las investigaciones judiciales que no le interesaban.

Con el objetivo de perjudicar Trapero y Madero para boicotear el caso de los prostíbulos de Castelldefels, los tres protagonistas de la conversación idearon un plan para pinchar el teléfono al actual mayor de los Mossos y así conocer las conversaciones que mantenía con el que creían que era su confidente en el caso, Manuel Gutiérrez Carbajo. Pretendían también «desmontar» el fiscal, en palabras de Olivo, y por todo ello planearon elaborar una nota informativa implicando a Trapero en una red de tráfico de drogas y blanqueo de capitales, planteándose incluso acusarle de » liderar una organización en la que puede haber guardias civiles, mossos y policías», como comenta Olivera.

El plan para utilizar el juez Garzón
El grupo decidió que debía ser alguno de estos delitos para que así evitarían pasar por un Juzgado de Barcelona, ​​donde trabajaba Madero, y la causa iría directamente a la Audiencia Nacional. «La única manera de meterle mano a Carbajo es por el tema del blanqueo», comienza Giménez Raso, que añade que Trapero es «confite» (confidente) y «íntimo amigo» de él.

Olivo responde que «a este se le debe pinchar el teléfono para que entre en la Audiencia Nacional», comentando que «es igual por tráfico de drogas o blanqueo» porque ambos delitos serían investigados por el mismo tribunal, y entonces Villarejo se ofrece a hacer llegar «poco a poco» la información fabricada al DAO, el director adjunto operativo de la Policía Nacional, que entonces era Miguel Ángel Fernández Chico: «Yo con los datos que tengo y lo que le he ido transmitiendo al DAO… El DAO tiene información de este tema, poco a poco y ya está «.

El excomisario propuso que el juez Baltasar Garzón se encargue del asunto, asegurando que «Balta le hace este tema», pero fue el ex jefe de la UDEF lo que se ofreció para convencer al juez, que entonces trabajaba en la Audiencia Nacional, para que actuara como querían: «Yo intento comer un día con el Barrabás (Garzón), él lo único que quiere es prensa». Parece, pues, que con los datos fabricadas y el número de teléfono de Trapero ya era suficiente para llevado a cabo el plan contra el jefe de los Mossos: «Esto Garzón se la puede poner dura», pronostica Olivo, al que Villarejo añade que «es una toma espectacular».

Con el fin de convencer al juez Baltasar porque pinchara el teléfono de Trapero y así escuchar las conversaciones que mantenía con su supuesto confidente, Manuel Gutiérrez Carbajo, el grupo pensó en filtrar información sobre el fiscal Madero y hacer creer a Garzón que actuaba contra él . «A Garzón se le puede decir que Madero fue uno de los que conspiraron contra él con toda la movida. Cuando tú le des la nota a él, antes debe haber salido algo puntual donde Madero ya hable de la conspiración contra Balta «, apuntó Villarejo.

El juez Baltasar Garzón, finalmente, no llevó a cabo ninguna investigación sobre el asunto, pero el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona sí se abrió una causa. En cuanto al fiscal David Martínez Madero, al que pretendían perjudicar junto con Trapero, murió dos años después de que se produjera la conversación, cuando ocupaba el cargo de director de la Oficina Antifraude de Cataluña.

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