Junts x Catalunya (JxCat) ya no es un cuerpo político homogéneo y cohesionado. La negociación del nuevo gobierno catalán ha hecho aflorar las diferentes familias y estrategias que campan, sin control, dentro del partido que lidera desde Bruselas Carles Puigdemont. Y si el tiempo de la negociación abrió esta guerra interna, los augurios de futuro todavía la pueden intensificar más. Fuentes de JxCat aseguran que Puigdemont y sus fieles están temerosos, nerviosos y preocupados.
Sospechan que con el diseño de su parte del gobierno que ha hecho Jordi Sànchez, el marco mental del partido cambie. Y es que tener consejeros y caras visibles de perfil técnico, poco político e ideológicamente liberales, les puede anclar hacia la derecha y reventar el discurso de la unilateralidad, el gobierno legítimo y la eternidad infinita de Puigdemont. El tiempo dirá si este sector tiene razón y JxCat hace un viraje.
