Resurgir catalanista, ¿caballo de Troya?

El sufijo “ista”. Elemento gramatical que se incorpora al final de una base léxica, dando lugar a una palabra derivada que designa diferentes opciones, por ejemplo, la de oficio o profesión; escaparatista, almacenista, oculista, articulista, o la de  ser partidario “de”, o inclinado “a”, como Europeísta, en una pretensión de significado que podemos cualificar como de “ferviente”. Encontramos el mismo sufijo en clave de apego a un líder carismático, como carlista de Carlos, chavista de Chávez cranquista, de Franco, pujolista de Pujol, papista de Papa (“ser más papista que el papa”), así como también el de adhesión a movimientos o ideologías determinadas, como fascista de Fascismo, españolista de Español, nacionalista de Nación, o catalanista de Catalán. En estos casos, la adhesión, indicaría una “convicción superlativa”, ser catalanista es ser más, que (solo) catalán, o ser españolista sería “mas”, que ser (solo) español. Hay pues un sentido de exaltación en este indicativo gramatical: “somos catalanistas, pues no nos basta ser, solo catalanes”. Aquí radica, la revisión de contenidos que en este artículo me propongo llevar a cabo, respecto al histórico momento sociopolítico catalán inmediato.

Resurgir del Catalanismo. Movimiento con profunda base histórica, sin embargo ser o considerarse catalanista en la última década, no conllevaría “a priori”, ser independentista, por lo que, en una clave de renovación política, existiría en esta condición, un claro “nicho de mercado”. Nicho, que se reivindica hoy, justo tras la constatación de un “procés” fracasado – en realidad un lucrativo negocio-, que lleva a la decadencia de Cataluña. No obstante, la persistencia numérica de los votantes secesionistas no consigue romper aún la tónica de un gobierno de tal condición, aunque los enfrentamientos entre las facciones independentistas confirman su inviabilidad. https://www.elliberal.cat/2021/04/03/analisis-el-negocio-no-esta-en-la-independencia-sino-en-el-proces ).

En el transcurso de esta desafortunada etapa, en la que incluso casi desaparece la señera (sustituida por la estelada), el “catalanismo” se habría mantenido al margen, diría incluso que oculto, como para poder preservarse así mismo, y llegado el momento, mostrarse como en la viñeta de Mafalda: yo no fui”. Hoy tras el estrepitoso fracaso del independentismo, este catalanismo, resurge públicamente adoptando una posición frente al independentismo, que se conforma como “un sí pero no, sino todo lo contrario”. Catalanismo emergente, que aunque dividido en numerosos grupúsculos que no hacen prever su éxito en las urnas, presenta, no obstante, una apariencia experimentada, convencida y dispuesta a la reparación, apelando a la vuelta del perdido sentido común (seny), lo que a priori, tendría su atractivo. Sin embargo, diversos indicadores nos hacen suponer que este movimiento podría estar más cerca del oportunismo, que no de una propuesta estructurada, sincera y centrada en el interés general.

Veamos los indicadores

1er indicador. Subrayan su sentido identitario “ferviente”, que los diferencia. El catalanista se postula como un ente intermedio, pactista, negociador, dialogante, pacificador que pretendería cerrar heridas? Sin embargo, la ausencia de unión y proyecto común nos habla más de una posición buenista, más cercana a un “quítate tú que me pongo yo”, que a un sólido proyecto de devolvernos la convivencia y el crecimiento.

2º indicador. Se autoatribuyen la denominación “independientes”, ¿por qué?, ¿qué necesidad de buscar esta proximidad identificativa, porque no, un concepto también cercano, pero más inteligente, e incluso Europeo  como la interdependencia? https://www.eltriangle.eu/2020/05/15/noticia-ca-106035/. “Catalanistas independientes”, que subrayan el sufijo “ista” sobre su condición identitaria de “más que catalanes”, pero también – mira por donde – independientes (que no independentistas), en un binomio que ciertamente hace pensar.

3º indicador. Viendo el pasado reciente de alguno de los miembros de este movimiento, como excapitanes convergentes, o exsocios significados del virreinato -Pujol “ista”- el parecido con el “pal de paller” convergente, resulta inquietante.

4º indicador. Si el plan dinástico Oriol Pujol Ferrusola, con Mas de telonero, no hubiera fracasado, los viejos catalanistas “moderados” seguirían en sus puestos. Pero el proyecto falla y ante un presidente naufrago, que pierde 12 escaños, con CIU embargada y sin ningún Pujol, Mas toma una decisión trascendental; se echa, cual pinocho, en brazos de la independencia, -engañando a ERC que ingenua ella, cree llegada por fin, su oportunidad. Es entonces cuando los “moderados” catalanistas optan por agazaparse “a verlas venir”. ¿Porque no se hicieron notar antes defendiendo la legalidad? Por qué esperar al fracaso del “procés”, para resurgir de su invisibilidad. Reagrupación de Catalanistas, que ante la caída independentista, trataría de recuperar su original posición nacionalista moderada dominante.

5º indicador. El pretender exonerar de su responsabilidad a los que nos han metido en este desastre, sin ningún condicionante ni exigencia que garantice, -aunque evitando a los presos, la renuncia, por otro lado, legitima, de su objetivo de independencia-, pero sí por lo menos que en ese reintento confesado de volverlo a hacer, los indultados no volvieran en ningún caso, a trasgredir, desobedecer, ni apartarse de la ley, ni de la Constitución. ¿Por qué insistir tanto en una bula sin condiciones? ¿Posible “canto clientelar”?

6º indicador– Acercamiento sutil, pero evidente, al hoy, aparentemente moribundo, PDECat, partido de Mas, este sí, autodefinido junto con alguna otra propuesta (demócratas?) como independentista (mon dieu!).

indicador. Las facciones catalanistas ignoran, como si no existiese, la “organización criminal para delinquir”, encabezada por su antiguo jefe, con que la justicia imputa a toda la familia Pujol-Ferrusola. ¿Esperarían quizás que se eche tierra al latrocinio del “ex- mito” ya entrado en años, como pasó con los también confesos Millet o Estivill?

8º indicador. La intención de pasar página tan rápidamente no contempla tampoco la garantía constitucionalista (ninguna referencia a ella ni que sea para actualizarla), lo que les volvería a poner en cuestionamiento.

Así que finalmente me viene a la mente una metáfora asociativa, que los señala como posibles replicantes de aquellos aqueos que aparentemente “vencidos” dejan abandonado, al retirarse, un “inocente” gran caballo de madera, a las puertas de Troya -como homenaje al valor de los defensores, quienes había conseguido repeler todos los ataques, y que los ingenuos troyanos, entusiastas, introducen en la ciudad.

Conclusión. ¿Mismos perros (perdón por el símil) con distintos collares? Esta vuelta de personajes de la época convergente, difuminados durante el procés, que incluye socialistas, también incombustibles, resulta tan impactante como inquietante. ¿Un pal de paller desarbolado, sin proyecto conocido pretendería recuperar sutilmente a una gran ex clientela, que fue vilmente engañada y por tanto hoy luce cada vez más confusa?, pues probablemente sí.  ¿Pero como?; 1.-indulto sin condiciones 2.-proximidad PDECat, 3.- Sufijo “ista” desgajado del procés, y ubicado en la base identitaria histórica del movimiento (catalán-ista) 4.- Garantía como “independientes” implícitamente -ni cautivos ni subalternos-. Un sutil abrazo del oso, digno del mejor pase de magia de Houdini o del impagable David Copperfield, que hasta envidiaría nuestro mago Pop. Otra cosa es que el planteamiento les salga bien, pero de haberlo haylo.

 

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