El presidente del Consell Profesional de Catalunya Ràdio, Albert Manyà, es un habitual del activismo en las redes sociales para defender el proceso independentista, y criticar los socialistas, el gobierno central y la justicia española. Esta actitud contrasta con el comunicado que ha emitido el consejo que preside que lamenta las críticas que ha hecho el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, en Catalunya Ràdio y TV3 porque muchos de sus periodistas y presentadores incumplen el Libro de Estilo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales. Manyà hace muchos años que lo infringe. Y hace más de veinte que trabaja como redactor en Catalunya Ràdio.
En su perfil de Twitter se presenta como «periodista de Alella», explica que se incorporó en mayo de 2011 y lo localiza en los «países catalanes». Está lleno de críticas a los socialistas y a los adversarios del proceso independentista y de mensajes de apoyo a esta causa. El 1 de octubre de 2017, por ejemplo, subía a la red el mensaje siguiente: “Hola, Fútbol Club Barcelona, haced el favor de plantaros y estar junto al país. ¡Suspended el partido!”, en alusión al partido que jugó el Barça mientras se reprimía el referéndum independentista. El 22 de agosto de 2018, escribió: “La delegada del gobierno español, Teresa Cunillera, tiene vacaciones selectivas: para obligar a sacar una pancartas viernes 17 de agosto a las 3 de la mañana trabaja, pero para responder un carta de Quim Torra hace vacaciones”.
El pasado 2 de noviembre no se estaba de calificar de «servicio vergonzoso» lo de los trenes de Rodalies (Cercanías), que depende de Renfe, por algunas cancelaciones al servicio. “Así es como Rodalies contribuye a extender el virus”, escribió. El 6 de febrero, su compañero de emisora Carlos Baraibar ironizó sobre la coincidencia entre el dirigente de la CUP Carles Riera y el presidente del PP, Pablo Casado, que se refirieron a la tabla de negociación usando la expresión “poner una pistola sobre la mesa”. Manyà comentó el montaje de Baraibar escribiendo: “Esto si consideras que la represión ni es violenta ni está animada por el gobierno español”.
Manyà se ha hecho un hartón de retuitear mensajes de dirigentes de ERC y de la CUP. Por ejemplo, el 26 de noviembre de 2018, retuiteaba uno del diputado republicano Ferran Civit que decía que “las hijas y los hijos de los presos y tomadas políticos catalanes llamaron a 100 artistas e intelectuales españoles para apoyar a un manifiesto denunciando la represión. Solo 3 aceptaron salir. Solo 3. Solo 3 de 100”. Ha reenviado mensajes del exconsejero de ERC Alfred Bosch, del diputado Ruben Wagensberg, también de este partido, y de la que fue diputada de la CUP Mireia Boya. También de otro compañero de Catalunya Ràdio, Oriol Serra, corresponsal en Alemania. Lo ha hecho dos veces. En uno, el 15 de octubre de 2019, Serra reproducía un artículo del diario austríaco Wiener Zeitung que trataba de la sentencia del proceso independentista. El titular del artículo era “Un movimiento político entre rejas”. En el otro, el 6 de febrero del mismo año, el que se reproducía era una viñeta del semanario alemán Der Spiegel dedicada a este juicio. “Justicia a golpes de porra”, era el texto que acompañaba el dibujo de un juez con una porra en la mano.
El 20 de junio del 2019, el ahora presidente del Consell Profesional de Catalunya Ràdio difundía en Twitter un video del momento en que durante las fiestas de la Patum, Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana desplegaban una bandera estelada enorme en la plaza de Sant Pere, en Berga. El 24 de diciembre del 2018 se había añadido a la respuesta que daba el periodista de RAC1 Jofre Llombart a un tuit del diputado socialista José Zaragoza en que exclamaba: “La República no existe, idiota! Llombart comentó: “En cambio, Almeces es verdad”. Albert Manyà lo retuiteó.
Ahora, el Consejo Profesional de Catalunya Ràdio ha emitido un comunicado en que critican Salvador Illa porque “nos acusó de ser agitadores de la causa independentista, dijo que incumplimos el Libro de Estilo y que hace falta un cambio de rumbo”. “Si no los gusta la realidad que expliquemos, que trabajen para cambiarla”, sugiere la nota de este Consejo, que se titula “La campaña de los insultos”.
