El dueño y el encargado de una granja de ovejas y cabras de la localidad de Lliçà d’Amunt han sido condenados a un año de prisión y a una inhabilitación que les impedirá trabajar durante cuatro años y ocho meses con animales, ha difundido la agrupación de abogados Acción Legal Animalista.
La sentencia, dictada después de que las partes alcanzaran un acuerdo, impone la pena más alta que contempla la ley actual y una de las más altas impuestas por maltratar animales en España, ha destacado Aïda Gascón, directora de la entidad que denunció el caso el año 2017, AnimaNaturalis.
Después de que los animalistas informaran a los Mossos d’Esquadra que habían visto animales desatendidos entre barro y purines, agentes de los Mossos y trabajadores del Departamento de Agricultura de la Generalitat encontraron 40 animales muertos en la granja, algunos de ellos sepultados bajo purines amontonados.
Los dos granjeros, condenados por maltrato animal, evitan el ingreso en prisión por este caso porque no tienen antecedentes ni responsabilidad civil, salvo que vuelvan a delinquir durante los próximos tres años.
