El nacimiento del Servicio Nacional de la Salud

El nacimiento de una nueva hegemonía de la salud: dos antecedentes colectivos y liderazgos. X Congreso de médicos y biólogos de lengua catalana. Perpinyà 1976 (perdonad el título, fruto de los tiempos, hace más de 45 años; hoy más correctamente diríamos: Congreso de profesionales de la salud de Catalunya).

Su segunda ponencia – «Función social de la medicina» -ponía las bases ideológicas (los valores) y organizativas del futuro Servicio Nacional de Salud que queríamos en Catalunya. Analizaba el concepto de salud (Jordi Gol), poniendo en cuestión la definición de la OMS. La calidad del acto médico, los derechos de los pacientes (Francisco Abel). La promoción de la salud como objetivo primordial de la medicina y de la organización sanitaria (Ramon Espasa). Bases organizativas para la defensa de la salud (Nolasc Acarín). Propuestas que eran las bases del futuro Servicio Nacional de la Salud, autonomía nacional y descentralización sanitaria (Miquel Roca). Ámbito de Estructura Sanitaria del Congreso de Cultura Catalana (1977). Verdadero «proceso constituyente», con 12.500 inscritos en diferentes ámbitos sociales. Que en sus resoluciones ya dice: «Recogiendo el ofrecimiento de la clausura del X Congreso de médicos y biólogos de lengua catalana, la comisión gestora del Ámbito de Sanidad del Congreso de Cultura Catalana (presidente, Ramon Espasa; secretario, José Martí) integramos todos sus trabajos (y editan algunas ponencias) en este ámbito».

Así, en las perspectivas de futuro, dice: «Hacia una nueva organización sanitaria para la promoción de la salud» y aquí menciona los determinantes de la salud sociales, económicos y culturales, además de los biológicos. Y dice: «La promoción de la salud, en lugar de la lucha contra la enfermedad, representa un giro copernicano que habrá que dar, tanto para el mejoramiento social como para encontrar una nueva estructura organizativa para la asistencia sanitaria. En definitiva, para pasar de una concepción de asistencia sanitaria, presidida y dominada por la idea de la enfermedad (ya instaurada), a una organización basada en un ideal de salud.

El Servicio Nacional de Salud representa para nosotros esta respuesta: organización integrada, ordenada y normalizada de todas las funciones en un único departamento de la administración pública».

Este proceso de cambio de la creación de una ideología sanitaria centrada en la enfermedad, ya instaurada, a una de prioridades en la salud, fue posible porque se daba en un contexto social y político que podemos llamar «primavera democrática» (para muchos , la transición). Todo el país, como en la postpandemia, deseaba una nueva realidad puesta al día («libertad, amnistía y estatuto de autonomía»). Y en esta primavera salen actores que lideran intelectual y socialmente estas ideas: uno de ellos es el Gabinete de Asesoría y Promoción de la Salud (GAPS), en 1976, dentro del primer Colegio de Médicos democrático, seguido por el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS, www.caps.cat), en 1983.

Otros liderazgos, en aquellos tiempos sin internet ni redes, vinieron de los autores de libros (cinco libros en dos años) y revistas sobre el tema (autores fundamentalmente de los partidos de izquierdas, entonces PSUC y PSC: Acarín, Espasa, Jordi Gol, Raventós, Vicenç Navarro y otros) que nutrían de material conceptual y propuestas el nuevo SNS.

Finalmente, ya con la democracia parlamentaria establecida, Catalunya recibía las primeras transferencias sanitarias en 1981. En 1986, con Ernest Lluch de ministro de Sanidad en el Estado, se aprobaba en el Congreso, la Ley General de Sanidad, que establecía un Sistema Nacional de Salud, público, financiado por los impuestos (no por cuotas de la Seguridad Social), universal (equidad), integral (salud y asistencia sanitaria) e integrado, con descentralización autonómica importante. Es decir, unos servicios públicos modernos, progresistas, auténticos pilares en aquellos tiempos de lo que llamábamos Estado del bienestar. Después se ha ido pervirtiendo (por las dinámicas imperantes del neoliberalismo y el corporativismo).

Ahora toca, con lo que ha puesto en evidencia la pandemia, 34 años después de la Ley General de Sanidad y 44 años después del proceso constituyente de la primavera democrática (menos formal), volver a pensar y poner al día nuestro Sistema Público de salud, con los conceptos y la hegemonía de la salud y de los cuidados, como ya decíamos en 1976, hace 44 años.

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