La jefa de los observadores internacionales, Helena Catt, ha admitido que cobró del Diplocat 8.000 euros por su trabajo de dirigir el grupo de expertos que elaboró el informe sobre los hechos que se produjeron en Cataluña entre julio y el octubre del 2017, incluido el referéndum.
Ha precisado que recibió el dinero a través de transferencia bancaria, que facturó su salario al Diplocat y que también le sufragaron sus gastos de estancia, cifra que no ha recordado durante su testimonio ante el Tribunal Supremo en el juicio del 1-O.
Catt ha asegurado que el resto de miembros del equipo recibían la misma retribución semanal que ella, pero que cobraron en función de las semanas de trabajo que dedicaron.
Catt ha explicado que su misión consistía en relatar qué pasaba durante aquellos meses "desde una perspectiva histórica". Del equipo formaban parte expertos en varias materias, como derechos humanos, politólogos, medios de comunicación o administraciones electorales. La mayoría eran de países europeos y del Canadá.
La experta en procesos electorales ha dicho que Rosa Navarro era su contacto de referencia en el Diplocat.
Ha insistido que su misión no era de "observación" electoral y que en ningún caso su trabajo consistió en emitir un "veredicto final sobre si la votación" había sido justa o no. "Era un proyecto de investigación. El hecho que presenciáramos el referéndum no hace que nuestra misión fuera de observación", ha subrayado.
El exsecretari general del Diplocat Albert Royo negó el 13 de marzo en el juicio que se pagara ningún "honorario" a observadores internacionales. Royo, pero, matizó que sí que se pagó la estancia a "visitantes internacionales", pero ha negado que se trataran de observadores.
