Pactar o pactar

En los últimos cuarenta años de democracia, la ciudadanía española ha sido llamada a las urnas para votar los representantes políticos en múltiples ocasiones. Como consecuencia, la sociedad española ha vivido noches electorales de todo tipo. Probablemnte, todo el mundo recuerda la primera gran victoria socialista de 1982, el primer triunfo electoral de José María Aznar en 1996, o el éxito de José Luis Rodríguez Zapatero en marzo de 2004. Estos comicios, junto con muchos otros, han pasado a la historia por el cambio de un ciclo político. También pasará a la historia la noche del 2 de diciembre de 2018 por la entrada del partido ultraderechista Vox en el Parlamento andaluz. A pesar de que este fue el gran titular de las elecciones, también fue noticia la pérdida del gobierno de Andalucía después de 36 años de ejecutivos socialistas, la posibilidad de una alianza entre las tres derechas o la desmovilización del votante progresista.

Es imprescindible que la izquierda andaluza reflexione sobre estos resultados electorales puesto que pueden tener una clara incidencia sobre las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. ¿Por qué Susana Díaz y Teresa Rodríguez no fueron capaces de llegar a un acuerdo de gobernabilidad en 2015? Es evidente que la relación personal entre ambas no era la más fluida pero esto no justifica que no fueran capaces de llegar a un acuerdo. Es evidente que tienen mucho más en común el Partido Socialista y Adelante Andalucía que el Partido Socialista y Ciudadanos. Además, todo indica que del acuerdo de legislatura entre la expresidenta andaluza y Ciudadanos ha salido victorioso este último, que ha pasado de nueve diputados a veintiuno.

No se trata, sin embargo, del único caso en que las fuerzas progresistas no se han entendido. Ya ocurrió el 2016 cuando Podemos decidió no apoyar a Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno o cuando Ada Colau rompió de un día para otro el pacto con el PSC en el ayuntamiento de Barcelona. Hasta ahora, la alternativa era el Partido Popular y Ciudadanos. Pero la radicalización de la derecha española y la irrupción de Vox en el tablero político obliga a las izquierdas a entenderse después de las elecciones municipales y autonómicas de 2019.

Es por eso que a partir de mayo del 2019, si las mayorías parlamentarias lo permiten, harán falta más acuerdos políticos entre fuerzas progresistas que cojan como modelo el 'Pacto del Botánico'. Este acuerdo de gobierno ha permitido recuperar la dignidad en la Comunidad Valenciana después de años de corrupción y trazar una serie de políticas que han permitido revertir los recortes de los últimos años.

Los Presupuestos Generales del Sido rechazados contemplaban medidas parecidas. Permitían mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Pero los independentistas catalanes decidieron rechazarlos. Tanto ERC como el PDEcat actuaron de forma irresponsable e inconsciente. Cuesta mucho de entender que, siendo unos presupuestos que cumplían con las inversiones que Catalunya necesita y que hace años que no se cumplen, los independentistas catalanes los rechazaran ya que, según ellos, Pedro Sánchez no había respondido a sus demandas. Unas demandas a las que ni el presidente español ni cualquier otro ejecutivo habría podido responder puesto que no eran de su competencia o se situaban fuera del marco legal. Y los secesionistas lo sabían.

El rechazo a las cuentas estatales sólo se explica por la necesidad que tiene una parte del independentismo por la cual que haya un gobierno de las tres derechas en Madrid, no haya diálogo entre las dos administraciones y crezca la mayoría social a favor de la independencia. De nuevo, la facción más radical y menos pragmática del independentismo catalán se ha impuesto y puede traer consecuencias nefastas por el futuro de Cataluña, tanto por los secesionistas cómo por los que no lo somos.

Pero volvemos a la cuestión que nos ocupa. Los tiempos cambian. Lejos quedan las mayorías absolutas de Felipe González donde ningún partido de izquierdas era capaz de hacer sombra a los socialistas. Pedro Sánchez es consciente de que tiene que llegar a acuerdos políticos con Podemos. Tendrían que hacer lo mismo barones regionales socialistas como Javier Lambán o Guillermo Fernández Vara y ser conscientes de que la alternativa a no llegar a acuerdos políticos con Podemos puede tener consecuencias nefastas. Del mismo modo, Podemos ha entendido que, hoy por hoy, el 'sorpasso' no es posible y que a partir del próximo mayo le tocará reforzar ejecutivos socialistas.

La negociación presupuestaria entre los socialistas y la fuerza política heredera del 15M tendría que marcar al camino de cara a futuros pactos. Es la constatación de que las izquierdas están condenadas a entenderse. Pactar o pactar. No queda otra.

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