La desaparición del CF Reus ya es sólo una cuestión de tiempo, el que tarde a caer deportivamente a un estado en que ya sea imposible seguir avanzando porque no haya jugadores, empleados ni capacidad para mantener operativo el club. Y esto al margen que las deudas al final de la temporada impliquen un descenso administrativo que suponga un retroceso también irrecuperable a todos los efectos.
En cualquier caso, pero, la frivolidad en que el fútbol sigue amparado se reflejará en la impotencia de los forofos y exsocis del Reus que no podrán reclamar absolutamente a nadie los daños y perjuicios ocasionados por Joan Oliver, nombrado Consejero Delegado por la propiedad del Reus a partir que el 2014 la sociedad Deportes Global a Cuatro SL decidiera participar con un capital de aproximadamente 300.000 euros en la reconversión de la institución en sociedad Anónima Deportiva.
Hoy el CF Reus, que no la sociedad ni tampoco Joan Oliver, debe 5 millones de euros ni hay tampoco la menor posibilidad que un inversor asuma una situación dantesca e insuperable económicamente y deportivamente después de que en cuatro años el dinero ingresado y cinco millones de más gastados en fichajes insólitos hayan volado dejando el club al lado de la liquidación.
Joan Oliver marchará tarde o temprano sin que tampoco la Liga de Fútbol Profesional pueda actuar en una demostración más de la insuficiencia y desplante de su presidente Javier Tebas, incapaz de controlar una situación que, vistos los titulares de esta sociedad responsable de la gestión del Reus, con el expresidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el extresorer Xavier Sala Martín, el exvicepresident Rafael Yuste y el mismo Oliver, se veía venir. En el colmo de la incompetencia, Tebas se ha limitado a escudarse en una posición absurda: plantearse la posibilidad de demandar a Joan Oliver por presunta falsedad documental en cuanto a los estados financieros del Reus. No lo hará por la sencilla razón que los cuatro miembros de esta banda que ya dejaron el Barça en los huesos son sus amiguetes y porque estos papeles fueron validados por la LFP que Tebas dirige. Tendría, pues, que denunciarse a si mismo.
