Reacciones para todos los gustos después del encuentro entre los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra hoy en Moncloa. Uno de los más duros ha sido el líder de Ciutadans, Albert Rivera, que ha cargado contra Sánchez por haberse plegado, a parecer suyo, a las exigencias del presidente catalán, Quim Torra, y haber accedido a reactivar la comisión bilateral Estado-Generalitat, que lleva sin reunirse una década. «Nos dice bestias taradas y lo recibimos en Moncloa, le damos un paseo y le hacemos una comisión bilateral», ha lamentado Rivera.
En términos similares se ha manifestado el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, que ha expresado su miedo por los «precios» que puede pagar el presidente del Gobierno español por el diálogo con el presidente catalán.
Al otro lado ideológico, el Comité de Defensa de la República (CDR) de Cataluña ha hecho un tuit crítico con el encuentro. De entrada, afirma: «No estamos aquí para hablar de estatuto», y añade: «No estamos aquí para tirar la toalla. No aceptamos pactos ni cambios de rumbo», y remacha diciendo: «Sacad adelante lo que prometisteis en campaña electoral o dimitid».
También el diputado de la CUP, Vidal Aragonés, ha hecho una valoración negativa de la reunión, después de constatar la negativa del líder socialista a reconocer el derecho a la autodeterminación de Cataluña. «Nos encontramos ante dos monólogos y no ante un diálogo y puede haber una voluntad de cerrar por arriba aquello que la gente abrió por bajo el 1-O y el 3-O», ha denunciado Aragonés.
ERC: Buenas palabras y poco más
El representante de Esquerra Republicana, Sergi Sabrià, tampoco parecía satisfecho con los resultados. «De la reunión extraemos buenas palabras y buena predisposición pero ninguna más novedad. Nos parece sorprendente negar en el año 2018 el derecho a la autodeterminación».
Más optimista se ha mostrado el líder de los comunes, Xavier Domènech, que ha destacado que la reunión es «el principio del inicio de una nueva etapa», y ha insistido que hace falta que se abre también un diálogo entre los partidos catalanes, tal y como aprobó el Parlamento la semana pasada.
El líder socialista, Miquel Iceta, también hacía una valoración positiva de la reunión: «Es el inicio de un diálogo en la normalidad dentro de un marco institucional».
