El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, ha afirmado que «Cataluña está al borde del enfrentamiento civil». En este contexto, Borrell, ha pedido a la oposición que trabaje con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, y que dejen de «buscar tres pies en el gato» cuando el gobierno central está «intentando dialogar».
El responsable de la diplomacia española se ha mostrado abierto a recuperar artículos que fueron declarados nulos del Estatuto de Autonomía, a pesar de que ha afirmado que para hacerlo «esto requiere la participación de todas las fuerzas políticas». Borrell, pero, ha afirmado que para abrir el diálogo hay que «encontrar alguien con quién dialogar».
Borrell ha hecho estas declaraciones en una entrevista en La Sexta, donde ha dicho que el acercamiento a prisiones catalanas de los líderes independentistas encarcelados es una competencia de los tribunales, pero ha afirmado que le gustaría que Oriol Junqueras «estuviera en condiciones de participar en el debate político».
Aquí Borrell ha dicho que «tengo el reconocimiento de Junqueras, de quien no ha huido», para añadir que «estoy leyendo el libro de (Quim) Torra que dice que Cataluña es una colonia y esta ocupada desde 1714″. El titular de Exteriores se ha mostrado preocupado porque «dice (Torra) que hay que jugar la carta de Kosovo, conseguir que en Cataluña sea parecido y obligue a la comunidad internacional a actuar».
Escrache a Ciudadanos
La dirigente de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, ha denunciado que el Ayuntamiento de Vic (Barcelona) no los ha dado permiso este sábado para poder hacer un acto público a esta localidad de la comarca de Osona, por lo cual ha acusado al consistorio de querer «silenciar y excluir» a Ciudadanos.
Arrimadas ha afirmado que el ayuntamiento «separatista» de Vic les «ha impedido» celebrar un acto político porque «nos quieren callar, nos quieren silenciar, nos quieren expulsar de Cataluña, pero no lo conseguirán ni los intolerantes ni las amenazas», denunciando que los independentistas pretenden que «las calles, las plazas, las playas y el Palau de la Generalitat son suyos, cuando son de todos los catalanes».
A pesar de no tener el permiso para hacer el acto político, Arrimadas se desplazó el sábado a Vic cosa que provocó que un centenar de independentistas que llevaban banderas esteladas y pancartas le gritaran por las calles, obligando a los Mossos d’Esquadra a intervenir para evitar enfrentamientos entre los independentistas y quienes acompañaban a la dirigente de Cs.
Los contrarios a Arrimadas corearon frases como «fuera fascistas», «Ciudadanos es fascismo», «las calles serán siempre nuestras», «libertad presos políticos», «ni olvido ni perdón» o «Marta Rovira te queremos en casa».
