Cuando en 2010 decidió abandonar la primera línea política para dedicarse al mundo de los grandes negocios, no pensaba David Madí que sus privilegiadas conexiones valieran tan poco y que le acabarían echando de todas partes.En el momento de su máximo apogeo, era presidente del consejo asesor de Endesa en Cataluña, vicepresidente sénior de Applus , asesor de Telefónica y responsable de relaciones corporativas de la consultora Deloitte en Barcelona.
Pero la radicalización del proceso soberanista y la estrecha relación de David Madí con Artur Mas han acabado provocando que todas las empresas que lo habían contratado para mantener buenas relaciones con la Generalitat convergente lo hayan dejado caer. La última en hacerlo ha sido la empresa Applus , que tiene buena parte de su negocio en la explotación de las estaciones de ITV.
Precisamente, David Madí ha sido imputado en una derivada del caso de las ITV, cuyo principal protagonista es Oriol Pujol: está acusado por la Fiscalía y la Abogacía del Estado de emitir facturas falsas a la productora de Oriol Carbó, el ex-director de TV3, que, a su vez, hizo pagos a la mujer de David Madí, Sandra Buenvarón.Se juega una condena de dos años de prisión que le tiene entre la espada y la pared.
La dirección de Applus ha aprovechado esta delicada situación judicial de David Madí para despacharlo. Y es que no queda nada bien que en una empresa que tiene su principal negocio en las ITV, su vicepresidente esté imputado en un «marro» relacionado con la corrupción en las ITV. Además, Applus ha decidido trasladar su sede social a Madrid para protegerse de los riesgos del proceso independentista… ¡en el cual está involucrado hasta el cuello David Madí!
