Ciutadans ha cerrado la campaña electoral allá donde fundamentó su inesperada subida en las elecciones de 2015: pidiendo la movilización en los barrios metropolitanos para enterrar cinco años de proceso independentista.
En la cuenta atrás, cuando sigue habiendo una importante bolsa de indecisos -se calcula que más del 27%- que pueden dar o sacar mayorías, el mensaje de Inés Arrimadas para la suma constitucionalista alrededor de su candidatura es tan simple como potente al contar con el aval de los sondeos: «Somos los únicos con opciones reales de ganar al independentismo, sólo hay un voto ganador y este es el naranja».
Y cifran en un millón las papeletas necesarias para ser el jueves la primera fuerza. Una cosa impensable hace apenas tres años para esta formación pero que ahora ven factible conseguirlos.