El Síndic de Greuges (defensor del pueblo catalán), Rafael Ribó, ha desinflado el relato de la número dos de ERC, Marta Rovira, sobre las supuestas amenazas del Estado al gobierno de la Generalitat sobre «muertos y sangre» en las calles si no desistía de seguir adelante con la declaración de independencia.
Ribó, en concreto, ha dicho que, como «el 95%» de los que participaron en las reuniones que tuvieron lugar al Palacio de la Generalitat, alertó de que «determinados movimientos de las instituciones catalanas» podrían provocar una «reacción contundente» del Estado, pero «nada más». Ha añadido que no estaba al corriente de ningún movimiento de armas en las instalaciones militares de Sant Climent Sescebes.
Este mismo lunes, el portavoz de ERC Sergi Sabrià ha defendido las controvertidas manifestaciones de la número dos de su partido esgrimiendo declaraciones, que sólo estaban genéricamente vinculadas, de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y del portavoz del PP Pablo Casado. Cospedal dijo que el ejército tenía como misión garantizar la unidad de España y Casado dijo que el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, podría acabar como Lluís Companys, si bien se refirió claramente al ingreso en prisión de 1934 y no a la ejecución, que tuvo lugar en 1940.
Durante últimas horas la CUP ha abonado el relato de Rovira indicando, por voz de su ex-diputada y cabeza de lista por Lleida Mireia Boya, que los avisaron de que los vincularían con «algún atentado con muertos en la calle». Es decir, con «violencia de falsa bandera ligada al movimiento independentista y especialmente a la izquierda independentista», ha explicado Boya en Catalunya Ràdio.
Anteriormente, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, quien fue uno de los mediadores entre los gobiernos de España y Cataluña, ha negado categóricamente la existencia de informaciones sobre violencia por parte del Estado en caso de que el gobierno de Puigdemont hubiera proclamado la independencia.
El cantautor y diputado de Junts pel Sí Lluís Llach, por su parte, ha apoyado a su ex-compañera de bancada en los siguientes términos: «Respecto a las declaraciones de Marta Rovira, yo estaba en la reunión. No recuerdo si se utilizaron las palabras sangre o fusiles, no apunté nada, pero que, al final de las conversaciones, las personas reunidas entendimos que ya no se respetarían ni haciendas ni vidas, totalmente cierto. ¡Por supuesto!».
