Ya es triste que los abucheos y los insultos sean un clásico en determinados actos políticos. Pero en Cataluña esto pasa, y desde hace muchos años. Y es que la masa independentista ha ido tomando fuerza y se ha sentido capacitada para abuchear a todo aquel que ha considerado su enemigo cuando ha aparecido a cualquier acto institucional. Es el caso de las ofrendas a Rafael Casanova, los espectáculos oficiales de la Diada, las celebraciones de Sant Jordi, o el homenaje al presidente fusilado, Lluís Companys. Años atrás, los abucheados en los actos institucionales eran siempre el PP de Cataluña y, después también, los miembros de Cs. Pero dejaron de acudir incluso en el acto oficial de la Diada.
Ahora, desde el año pasado, el objeto de las furias independentistas es el PSC de Miquel Iceta. Traidor, ‘botifler’ o fascista son, acompañados de pitadas y gritos, algunos de los calificativos menos malsonantes que acaban recibiendo los socialistas en estos actos. Iceta y los suyos, pero, ni se inmutan. Se han acostumbrado ya. Parece que han asumido que llos abucheos les acompañarán allá donde haya un grupo con esteladas. El PP y Cs, en cambio, se incordiaban como monas, se quejaban y hacían bandera política –y victimista- del asunto. Cuando los socialistas acaben marchando de estos actos, ¿quién será el objetivo? ¿Hacemos apuestas?
