Desde que Pedro Sánchez presentó oficialmente su candidatura para liderar de nuevo el PSOE el pasado lunes 20 de febrero en un acto en el cual asistieron 500 personas, mientras que 500 más se tuvieron que quedar fuera de la sala -es decir, en total unas 1.000 personas-, las caras de pocos amigos de los cercanos a Susana Díaz son todo un poema.
No hay dudas: Sánchez es el preferido de la militancia y de los ciudadanos en general para volver a ser el secretario general del partido socialista, y así lo han recogido las últimas encuestas, que le sitúan por encima de la presidenta de Andalucía y del ex-lehendakari del PSE-EE. La encuesta más reciente encargada por El Periódico de Cataluña dice que si pudieran participar en las primarias del PSOE, el 36,2% de los ciudadanos escogerían a Sánchez, ante el 27,4%, que escogerían Patxi López y el 22,5% Susana Díaz.
La cosa es más triste para Díaz si los consultados son directamente los militantes socialistas, que serán quienes decidirán de hecho su nuevo líder. En este caso las cifras todavía son más contundentes. La militancia prefiere en un 49,5% Sánchez, a continuación está López con un 26,7%, y, finalmente, Díaz, con un discreto 16%. Pero para acabar de hundir a los partidarios de la presidenta andaluza y ella misma, se da la paradoja de que Díaz es la preferida entre los votantes del PP y López es el preferido entre los votantes de Ciutadans en el caso de que pudieran decidir estos colectivos el nuevo liderazgo del PSOE.
Es de justicia, pero, apuntar que el mismo sondeo explica que la mayoría de encuestados se muestran convencidos de que será Susana Díaz quién acabará ganando las elecciones primarias. Los malos presagios para la presidenta andaluza no sorprenden si se tiene en cuenta qué es lo que se dice de Sánchez desde las filas cercanas a Díaz. Barones del partido socialista acusan desde Andalucía, Castilla-La Mancha o Asturias al ex-secretario general «de extremista» y de pretender «romper la unidad de España», un discurso claramente próximo a los postulados del PP. Uno de estos barones socialistas, el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha llegado a decir que lo que defiende Sánchez es «una versión absolutamente roja y radicalizada«.
¿De que se acusa Sánchez? El ex-secretario general del partido socialista defiende un PSOE más a la izquierda que, a pesar de que se muestre contrario al derecho a decidir, sí que defiende «la plurinacionalidad del Estado». El programa que presenta Sánchez, y que ha estado coordinado por el sociólogo José Félix Tezanos, «busca la unidad de acción con otras fuerzas progresistas«, sin mencionar directamente Podemos.
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