La guerra sucia contra el ex-presidente del FC Barcelona Sandro Rosell continúa, y continuará, sin duda, propiciada desde entornos vinculados al eje de sus reconocidos enemigos: Jaume Roures, Joan Laporta, Florentino Pérez y Ferran Soriano. Las sospechas de avivar el caso Neymar, tanto el primero como el segundo, son muy firmes en el equipo de Rosell, que ahora ha aparecido de nuevo en la prensa más encarnizada en su contra –Sport y Ara- a raíz de una información de la SER según la cual el FBI habría registrado oficinas del ex-presidente en relación con la investigación de corrupción y soborno por el FIFAgate.
Según la emisora, la justicia española recibió una comisión rogatoria en diciembre del 2015 para pedir información sobre empresas de Rosell. Los resultados se entregaron al cabo de unos meses. Los medios que quisieron contrastar la noticia con el ex-presidente del FC Barcelona obtuvieron la misma reacción de «satisfacción» por su parte, puesto que ni él ni sus empresas habían recibido ninguna notificación de estar sometidos a ninguna investigación ni sus oficinas habían sido objeto de un registro, de forma que la conclusión era que si se había cursado una comisión rogatoria por parte del FBI, extremo que Rosell aseguró que ignoraba, la información recogida no había producido ningún efecto legal ni complementario por la ausencia de indicios de ningún tipo de delito.
Sin embargo, los mismos medios aseguraron falsamente la existencia de registros en sus empresas, así como una supuesta vinculación a determinados nombres de empresarios y agentes brasileños implicados en el FIFAgate con los cuales Rosell no ha trabajado ni los conoce personalmente. Incluso se le relacionó con un acuerdo del 1996 entre Nike y la Confederación Brasileña de Fútbol, sospechoso de incluir comisiones y sobornos a favor del entonces presidente Ricardo Teixeira. El caso es que en esta época Sandro Rosell no trabajaba para Nike. No fue hasta años más tarde que Rosell entró en Nike Europa, paso previo a su nombramiento como delegado de Nike en Sudamérica.
QUERELLA POR ESPIONAJE
El motivo de revestir cualquier información sobre Rosell en un manto de oscurantismo y sospechas deriva del control sobre el periodismo y los medios de estos poderes a los cuáles Rosell apartó del sector negocios alrededor del FC Barcelona, una fuerte oposición, organizada y con superpoderes que durante años encontró en Johan Cruyff un cañonero ideal. La guerra continúa, a veces sepultada y otras a campo abierto, como en el frente de la querella por espionaje interpuesta por Jaume Roures contra Rosell. La vista de este juicio puede ser una auténtica bomba informativa.
También durante la campaña electoral a la presidencia del FC Barcelona en 2010 y en años posteriores fueron recurrentes las noticias sobre delitos, juicios y acusaciones contra Rosell y sus negocios en el Brasil, que finalmente han resultado ser legítimos y del todo legales. También los derivados de su relación con Ricardo Teixeira, contra el cual no se ha podido levantar un solo cargo. Teixeira fue objeto del ataque de los grupos mediáticos que perdieron la subasta de los derechos de TV del Mundial de Brasil.
Precisamente alrededor de la compra, gestión y comercialización de los derechos de TV y la corrupción en la FIFA en Norteamérica y Central se desarrolla una investigación del FBI ordenada desde el Departamento de Justicia de los EE.UU. que tiene en el punto de mira la filial de Mediapro en aquella zona, Media World. Ya hay un documento sobre el pago de comisiones a los cabecillas del fútbol norteamericano y latinoamericano por parte de conglomerados que explotan los derechos televisivos. Media World, según este informe, es una de las empresas que pagaba comisiones, motivo por el cual han sido imputados dos altos cargos que, después de confesar los hechos, han pasado a colaborar con la justicia.
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