Juez Vidal: ¿bocazas o mentiroso?

Decía Voltaire que «la gratitud tiene poca memoria«…

No lo conozco más allá de dos conferencias y de verlo por televisión. Por lo cual, desconozco si es un bocazas, un creído, un narcisista, un cantamañanas, o si le falta un tornillo o es un mentiroso patológico, como dicen ahora los que antes decían todo lo contrario del ex juez Santiago Vidal. Yo he oído hablar bien y mal de él. Quizás sí que pone cara de estar encantado de haberse conocido, pero hay tantos en la viña del señor… (Pero el escrito triangular de hoy no busca hacerle un retrato psiquiátrico, nada más lejos de mi voluntad).

Los hay, incluso, que la han señalado como el Enric Marco del independentismo catalán. ¿Recuerdan? Aquel sindicalista que se inventó que había sido superviviente de los campos de concentración nazis de la Segunda Guerra Mundial, y llegó a presidir, incluso, el Amicale de Mauthausen de España -hasta que se descubrió la extraordinaria fabulación. El caso es que Marco describía como nadie aquellos desgraciados episodios, mejor incluso que aquellos que realmente lo sufrieron; nadie llegaba a la riqueza narrativa de Marco. Y cierto es que Santiago Vidal explica (¿explicaba…?) como nadie el proceso independentista, y motiva a la tropa de manera extraordinaria -ya quisiera Jordi Sánchez… Y ya se sabe que en estos largos procesos una inyección de pa amb tomàquet siempre va bien.

Pero yo, desconfiado de nacimiento, no me acabo de tragar que Vidal se haya vuelto loco de la noche a la mañana o haya mentido compulsivamente, como se le acusa ostensiblemente. Como mucho, como decía el propio Marco, «lo mío fue una simple distorsión de mi propia historia». Puede que recreara la realidad y añadiera florituras, pero dudo que lo hiciera hasta llegar al extremo de inventarse minuciosamente toda la historia. No lo veo. Entonces, ¿de qué se le acusa? ¿De mentiroso o de bocazas?

Lo que me llama más aún la atención es que Vidal, como un cantante de éxito, llenaba auditorios y excitaba masas explicando el relato de cómo será la Catalunya independiente. En el fondo, él hacía lo que más se echa de menos en el proceso independentista: que alguien nos explique cómo sería (¿será?) la Catalunya post-autonómica. Pues eso, ahora que habíamos encontrado el cronista del proceso, ahora resulta que nos vendió gato por liebre… Cabe añadir que después de las actuaciones de Vidal, se colgaban sus vídeos en el gran escaparate de Internet, quedando por siempre más al alcance de todos. Entonces, si resulta que las salas donde conferenciaba Vidal se llenaban a rebosar y los vídeos de YouTube se descargaban a muy buen ritmo, ¿cómo es que nadie sabía nada de nada de lo que decía? ¿No será la presunta sorpresa la impostura de esta historia?

Dado que Vidal es el primer mártir del proceso (perdió la judicatura por redactar una propuesta de Constitución para la nueva República y ahora ha perdido el acta de senador), ERC y, por extensión, Junts pel Sí ¿no podrían haber intentado encarar la crisis del ex juez sin tanto escarnio? Si a quien podría llegar a ser uno de los padres de la Constitución de la República catalana le tratan con ese despecho, ¿qué no harán con el enemigo…?

Dice un proverbio chino, a colación con la gratitud: «Cuando bebas agua, recuerda la fuente«.

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