El juego peligroso de Carles Vilarrubí en Andorra

Cuando abrió la cuenta en Crèdit Andorrà estaba haciendo un estudio para poner en marcha las loterías de la Generalitat por encargo de Lluís Prenafeta
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Por tercera vez, Carles Vilarrubí ha ido a la Audiencia Nacional a declarar por sus relaciones económicas con Jordi Pujol Ferrusola. Y por tercera vez optó por hacerse el loco y no responder las preguntas que le quería hacer el fiscal anticorrupción, Fernando Bermejo. Lunes día 19, Sir Charles (el alias con el que conocen a Carles Vilarrubí en el Barça, donde ocupa el cargo de vicepresidente institucional) parecía afectado por un ataque de amnesia o por síntomas de Alzheimer.

Lo único que admitió el marido de Sol Daurella ante el magistrado José de la Mata es que en 1986, cuando tenía 32 años, abrió una cuenta cifrada en la entidad Crèdit Andorrà, en el paraíso fiscal de los Pirineos. Esto no lo podía negar: las autoridades judiciales andorranas, en cumplimiento de la comisión rogatoria enviada por la Audiencia Nacional española, habían corroborado que Carles Vilarrubí era el titular de la cuenta n. 6244 de Crèdit Andorrà.

La pista de esta cuenta cifrada se obtuvo durante el cacheo que, el 27 de octubre del año pasado, hizo la policía en el domicilio particular de Carles Vilarrubí y Sol Daurella en la calle Islas Canarias de Pedralbes. Sir Charles asumió ante el juez la titularidad de esta cuenta -¡qué remedio!-, pero aseguró que no recordaba en qué banco la tenía y que, en todo caso, la había cerrado en el 2000. Las evidencias documentales indican, por el contrario, que todavía está operativa.

Al margen de los movimientos bancarios que ha registrado la cuenta n. 6244 de Crèdit Andorrà y los trasvases de dinero vinculado con su amigo Jordi Pujol Ferrusola, hay un dato que llama la atención: la fecha de apertura de la cuenta cifrada de Carles Vilarrubí, el mes de febrero del 1986.

Y es que el mes de febrero del 1986, Carles Vilarrubí estaba haciendo un «estudio de mercado» previo a la puesta en marcha de las loterías de la Generalitat. Este encargo lo había hecho oficialmente el entonces todopoderoso secretario general de la Presidencia de la Generalitat, Lluís Prenafeta, y por este informe cobró unos honorarios de 2,5 millones de pesetas.

Posteriormente, el día 9 de mayo del 1986, Carles Vilarrubí fue nombrado consejero delegado de la Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas (EAJA), el organismo que convocó y adjudicó el concurso para la explotación de las loterías de la Generalitat. Parece evidente, pues, que la cuenta bancaria andorrana de Carles Vilarrubí está relacionada con el negocio del juego y con este concurso.

La empresa adjudicataria de las loterías catalanas, Luditec SA, se convirtió en el primer gran escándalo del pujolismo y motivó la creación de una comisión parlamentaria de investigación. Entre otras muchas irregularidades se descubrió que el principal accionista de Luditec SA era la sociedad instrumental Imperial Trading & Development Ltd., a su vez participada por compañías escondidas en los paraísos fiscales de las islas del Canal y Suiza. A pesar de los esfuerzos de los diputados, nunca se pudo averiguar quién era el propietario real de las acciones de la Imperial Trading & Development Ltd., y este es todavía hoy uno de los grandes misterios del pujolismo.

Curiosamente, el esquema seguido en el caso de Luditec SA se asemeja, como dos gotas de agua, al mismo que se usó, en 2012, en la privatización de la empresa pública Aigües Ter Llobregat (ATLL).

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