El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no paró de repetir que si Mariano Rajoy volvía a ser investido, lo llamaría para felicitarle -cosa que no hizo el popular cuando JxSí y la CUP lo enaltecieron a la presidencia-, y que en aquella misma conversación le pediría hora para reunirse.
Puigdemont quería mostrar su voluntad para hacer la petición del referéndum pactado de manera rápida, sin dilaciones para la política española. Pero cuando Puigdemont llamó a Rajoy para felicitarle por revalidar el cargo, obvió por completo la petición de la reunión sobre el referéndum.
El presidente español no debe de tener ganas de verse con el catalán para que lo machaque con el referéndum, así que nadie espera que sea Rajoy quién pida el encuentro. Pero al parecer, Puigdemont debe de tener algún interés en retrasar también la reunión porque voluntariamente decidió dejar para una semana después la conversación con Rajoy para pedirle hora.
