El voto no presencial ha decantado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Austria a favor de los ecologistas, que se han impuesto por un margen mínimo a la ultraderecha xenófoba y euroescéptica. Así pues, el candidato Alexandre van der Belle, catedrático de economía de 72 años, es el nuevo presidente de Austria.
Con el voto por correo contabilizado, los verdes han sumado el 50,2% de los sufragios contra el Partido por la Libertad (FPÖ), que ha totalizado un 49,8%. En términos absolutos, se estima que poco más de 31.000 votos han separado a ambas formaciones.
Este domingo, sin embargo, todo apuntaba que Norbert Hofer, el candidato del FPÖ, sería el nuevo presidente austríaco, ya que contaba con un 51,9% de los apoyos -unos 144.000 más que su adversario-, pero el voto por correo (incluido el depositado desde el extranjero), que representa alrededor del 14% del total -unos 900.000 electores-, ha otorgado por primera vez la presidencia del país centroeuropeo a los verdes.
Esa era la opción preferida del canciller, el socialdemócrata Christian Kern, y de otros destacadas figuras públicas que rechazaban a la ultraderecha. Hofer y el FPÖ, eso sí, han logrado un resultado histórico que ha constatado la división política de Austria y puede estimular a formaciones ideológicamente afines en otros países del continente.
