Era un partido de alto riesgo y se tuvo que suspender en el minuto 23 porque un jugador del equipo visitante, el CP Sarriá B, fue agredido brutal y reiteradamente por un rival, del Ibèria B.
Según explica a Mundo Deportivo el delegado de la Federación Catalana de Fútbol Francesc Folguera, presente en el partido, dos jugadores discutieron y uno le propinó un puñetazo en la nuca al otro. Cuando el agredido cayó al suelo, el agresor siguió golpeándolo.
Folguera explica que «salté al rectángulo de juego para intentar cortar la hemorragia en la cabeza» el agredido que, si bien no llegó a perder el conocimiento, «no coordinaba sus palabras».
En el partido de la primera vuelta jugado por estos dos equipos del grupo 17 de la 4ª Catalana, los Mossos d’Esquadra ya se tuvieron que personar, por lo que el reencuentro de ambos equipos se consideraba de alto riesgo.
El presidente del Ibèria, explica el delegado federativo, le dijo que el agresor «quedaba expulsado del club y que cabía la posibilidad de retirar al equipo de la competición». El agredido, publica Mundo Deportivo, pasó la noche en su casa después de que se le practicaran varias pruebas en el hospital.
