Cuando la política municipal gerundense todavía echa humo por la manera como Convergència ha elegido al sucesor de Carles Puigdemont en la alcaldía de la capital del Onyar, se ha sabido que la fórmula con la que Albert Ballesta tomó posesión del cargo en el pleno extraordinario del pasado viernes no es válida, por lo que este fin de semana no era aún regidor ni alcalde.
Ballesta optó por asumir su nueva responsabilidad leyendo la fórmula que propone la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), pero no expresó la promesa o el juramento del cargo, una omisión que, con la ley en la mano, obliga a repetir la investidura, han concluido los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Girona. Esta repetición por «error de forma», publica el Diari de Girona, no constituye un incumplimiento de plazos, pese a que la investidura sin efecto de Ballesta tuvo lugar en una fecha tope.
Ballesta ha enmendado su toma de posesión esta tarde, en otro pleno extraordinario que se tenía que celebrar antes de la sesión ordinaria de febrero, que ya fue aplazada y que ha tenido lugar este lunes.
19º en la lista… y alcalde
Ballesta ha ascendido desde el 19º lugar de la lista electoral hasta la alcaldía, algo que ERC considera un «fraude democrático», mientras que para la CUP y el PSC el nuevo alcalde carece de legitimidad.
Para hacer posible el ascenso de Ballesta, hombre cercano a Puigdemont, ha hecho falta la renuncia al acta de concejal de las ocho personas que ocuparon los lugares entre el 11º y el 18º en la lista presentada por Convergència i Unió en las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, además de la renuncia de los actuales regidores de CiU a aspirar a la alcaldía, algunos de los cuales ya se habían posicionado para sustituir a Puigdemont.
Convergència ha ganado el pulso a Demócratas de Catalunya (la formación creada por los independentistas de Unió), que apostaba por Isabel Muradàs, la alcaldesa en funciones.
