Dicen que George Bush padre ganó las elecciones presidenciales de 1988 gracias a una frase que hizo mella en el electorado de Estados Unidos: «Lean mis labios. No habrá más impuestos». Tras ser elegido presidente, Bush subió los impuestos. Nada a lo que no estemos acostumbrados los electores de muchos países. Mariano Rajoy no pidió que le leyéramos los labios pero también dijo que haría muchas cosas que no hizo y que no haría muchas que terminó haciendo. Supongo que en parte por eso ha perdido tantos diputados en las elecciones del pasado día 20.
Se supone, también, que la CUP representa una forma diferente de hacer política. Una forma basada en la autenticidad, la sinceridad, el ir de cara y no caer en los errores y comportamientos que han denunciado siempre de Bush o Rajoy.
He aquí, sin embargo, que el cabeza de lista de la CUP en las elecciones al Parlamento de Cataluña, Antonio Baños, afirmó, por activa y por pasiva, que ellos no harían nunca a Artur Mas presidente. El 22 de septiembre, en www.eldiario.es decía: «No votaremos nunca una investidura de Mas. Y nunca es nunca. Nunca, nunca y nunca». Y una semana después, en La Sexta, insistía: «No votaremos sí a un Gobierno presidido por Artur Mas. Nosotros lo que decimos en campaña lo cumplimos. Nuestros lemas son promesas».
Este domingo, Baños fue el encargado de explicar desde el atril del pabellón sabadellense donde se había celebrado la asamblea nacional de la CUP que esta formación no tenía claro si hacer a Mas presidente o no. Media CUP estaba a favor y media, en contra.
Cuando terminó la explicación, sonó casi a cachondeo cuando le pidieron los periodistas -que no podían hacer preguntas- si podía explicar lo mismo en castellano.
Lo hizo.
Nadie le pidió que lo explicara también en inglés.
Al fin y al cabo, Antonio Baños es una buena persona, aunque una oportuna dimisión como diputado le honraría.
