Sir Charles, cazado

Carles Vilarrubí ha declarado como imputado en el caso Jordi Pujol Ferrusola. Esta vez no puede esconderlo en Internet, como ha hecho con todos los líos que marcan su trayectoria
vilarrubí
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El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, tiene cinco amigos íntimos: el publicista Jordi Vilajoana, secretario general de la Presidencia; Sixte Cambra, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB); el constructor Felip Massot (Vèrtix), con quien pasaba las vacaciones en su yate, antes de venderlo; el andorrano Manel Cerqueda, presidente de Andbank; y Carles Vilarrubí, el vicepresidente institucional del Barça, cargo que compagina con otras ocupaciones empresariales.

Con Jordi Vilajoana y Carles Vilarrubí, Artur Mas coincidió, veinte años atrás, en el consejo de administración de La Seda. Ahí, el primogénito de Jordi Pujol -que mantiene una larga y estrecha relación con este grupo- hizo un de sus primeros «pelotazos». La pasión por la náutica, las carreras de coches y los negocios a la sombra del poder han forjado el «núcleo duro» que rodea el presidente de la Generalitat.

La caja fuerte
El pasado 27 de octubre, la Policía Nacional, siguiendo órdenes del juez José de la Mata, se presentó en la casa de Sol Daurella, en la calle Canarias 21/Planella 12, en el barrio de Sarriá, donde también tiene fijado su domicilio su marido, Carles Vilarrubí. El registro incluyó la caja fuerte que tiene la pareja, de donde los policías se llevaron abundante documentación. Según se explica en la upper Diagonal, la heredera del imperio Coca-cola está furiosa con su esposo, a quien considera el culpable de esta inadmisible humillación: ¡la policía hurgando en su casa, que además es la sede del consulado de Islandia! ¿Dónde se ha visto? ¡Ella, flamante presidenta de Coca-cola European Partners! ¡Ella, segunda mujer más rica de España, según la revista Forbes! ¡Ella, consejera del Banco Santander y administradora de una fortuna evaluada en 3.700 millones de euros (eso sí, resguardada en Luxemburgo)!

En esta ocasión, Carles Vilarrubí lo tendrá negro para borrar las referencias en Internet sobre el registro de la policía en su domicilio familiar, su imputación en el caso Pujol, su patética comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación… Y es que esta es una de sus obsesiones: hacer desaparecer de Internet las informaciones sobre su tumultuós pasado -las loterías de la Generalitat, la colaboración con Javier de la Rosa, los negocios de Iñaki Urdangarin…- antes de «tocar la gloria» con su matrimonio con Sol Daurella, su nombramiento como vicepresidente de la banca Rotschild en España… y el otorgamiento de la Cruz de Sant Jordi!

Por eso, ha creado la compañía Oerreeme Reputation Management Group SL, especializada al manipular Internet para censurar o posicionar las noticias que interesan. Carles Vilarrubí no pierde nunca la oportunidad de hacer negocios y, a la mínima que puede, ha intentado vender los servicios de esta empresa a todos sus amigos y saludados. Este es su estilo de vida, que le ha llevado a la cumbre de la burguesía catalana: oler donde hay oportunidades y, con metódica perseverancia, no dejar escapar la presa hasta que ha consumido la última migaja.

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