Lo ha vuelto a hacer. Artur Mas ha vuelto a adelantar unas elecciones y ha acabado perdiendo una docena de diputados en relación a las anteriores. Entre CiU, ERC y las CUP tenían 74 diputados en el Parlamento anterior. Ahora, CDC, ERC, las CUP y la parte de Unió Democràtica que se ha incorporado a Juntos pel Sí se han quedado con 72. Y esta pérdida de escaños viene disimulada por el incremento de las CUP, que tienen siete más que hace tres años.
De los 50 diputados que tenía CiU, CDC y los Demòcrates de Catalunya han retenido menos de cuarenta. ERC tenía 21 y se ha quedado en 20.
El ‘plebiscito’ se supone que se convocó para ver cuántos ciudadanos votaban a favor de la independencia de Catalunya. Durante toda la campaña, los dos grupos que se han definido como independentistas han sido Junts pel Sí y las CUP. La noche de las elecciones, al ver que entre ambas formaciones sacaban menos votos que las otras candidaturas juntas, Artur Mas corrió a apropiarse de Catalunya Sí que es Pot para intentar arañar votos allí donde antes no los contaba. ¿Una última astucia para intentar salvar la cara?
Al quedarse con 62 diputados, Junts pel Sí tiene menos diputados que Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP juntos. Por tanto, a Mas no le basta con la abstención de las CUP para ser elegido presidente.
Si de verdad quiere la independencia de Catalunya debe hacerse a un lado. No puede poner en peligro el proceso que ha liderado hasta ahora por orgullo o por terquedad. Las urnas del 27 de septiembre han dictado que los independentistas están legitimados para continuar con su proyecto, pero el actual presidente es un lastre en este camino. Seguramente, él lo sabe y probablemente anunciará en las próximas horas o días su renuncia.
¿Quién nos lo habría dicho hace unas horas? Oriol Junqueras se ha sacado a Artur Mas de encima. ¿Será él la nueva cara del liderazgo del proceso independentista? Tiene mucho más derecho a ello que un Romeva que no ha sido el aglutinador de votos que esperaba quien le llamó para proponerle ir de número 1 de la lista que ha sido la tumba política del sucesor de Jordi Pujol.
